¡Qué estupidez!

Dos accidentes en automovilismo tremendos y uno de estos tuvo consecuencias enormes, con medidas de seguridad muy diferentes. Desafortunadamente el que ocurrió en Chihuahua fue debido a la estupidez de quienes lo organizaron, lo aprobaron y de quienes asistieron al evento de las Monster Trucks. 

Alfredo Domínguez Muro Alfredo Domínguez Muro Publicado el
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Dos accidentes en automovilismo tremendos y uno de estos tuvo consecuencias enormes, con medidas de seguridad muy diferentes. Desafortunadamente el que ocurrió en Chihuahua fue debido a la estupidez de quienes lo organizaron, lo aprobaron y de quienes asistieron al evento de las Monster Trucks. 

Paralelo a esto, se da el accidente de Dario Franchitti, que al chocar con Takuma Sato en la categoría de la Serie Indy, el auto de Dario despega como avión, golpea contra la barda, se desintegra su carrocería, él sale muy lesionado, pero afortunadamente sin que peligre su vida, la gente que resultó herida por los pedazos de carrocería que brincaron a través de la reja de contención y hasta ahí. Comencemos por Chihuahua…

¡Qué tamaño de estupidez!

De los que lo organizan este tipo de eventos, pero también de los participantes, que ante estas nulas medidas de seguridad, decidieron hacerlo por supuesto por el billete que iba por delante.

Aquí la responsabilidad absoluta es del organizador.

Las autoridades del gobierno del Estado en este momento están investigando si el piloto se desmayó cuando cayó y ahí perdió el control del Monster Truk, pero esto no tapa para nada lo sucedido. Es como una cortina de humo, cuando la realidad es que quien organizó este evento en cielo abierto, sin las medidas mínimas de seguridad, quien lo permitió, que es el ayuntamiento local y quienes asistieron, todos llevan una parte de esta tamaña estupidez de haber estado presentes en ese evento donde un mecatito dividía estos Monster Truck de la gente. No entiendo a algún padre de familia que haya llevado a sus hijos y los haya colocado en ese lugar. 

Las imágenes de la cámara de un aficionado local son tremendas, nos muestran cómo toda la gente estaba de pie en un sitio que no era para nada una pista. Todos expuestos a un accidente y así propiciaron con su estupidez y falta de criterio a que ocurriera este accidente. Que pudo haberle pasado a cualquiera, desafortunadamente, como en la ruleta rusa, les tocó a los que estaban en una esquina. 

Estos eventos se organizan siempre en estadios cerrados con bardas altas, procurando incluso que las primeras filas no estén ocupadas precisamente para este tipo de accidentes. 

Insisto, ha habido pilotos que han fallecido por un accidente de estos, así que las autoridades no le busquen y que no me vengan que esto ha ocurrido varias veces y no había pasado nada. Esto es jugar a la ruleta rusa hasta que ocurra el disparo.

Lo de Franchitti

Allá en Houston en la Serie Indy, Dario Franchitti se enllanta con el auto de Takuma Sato, sale volando, pero ahí las medidas de seguridad en los circuitos callejeros son muy severas.

Observamos unas bardas aproximadamente de metro y medio de concreto absoluto y arriba de esas bardas hay una malla ciclónica de varilla muy tensada, que hacen que la altura sea arriba de tres metros, casi cuatro, para que precisamente cuando ocurra algún accidente, una llanta que se desprende no llegue al público.

El accidente de Dario Franchitti tuvo consecuencias en él y 13 ó 14 personas, ya que algunos pedazos de la carrocería del auto los golpearon. 

Pero lo ocurrido en Chihuahua…

Debe tener consecuencias

Sin duda, aquí hay que deslindar responsabilidades, que no se vayan las autoridades con la finta ligera de que el piloto perdió el conocimiento cuando cayó su Monster Truck, para nada, el auto pudo derraparse, pudo salirse, pudo moverse a cualquier parte de la pista y no había ni la más mínima medida de seguridad.

Por eso les digo que da mucho coraje, independientemente de la tristeza de que se pierdan vidas por estas circunstancias.

Y me voy más para allá

Valdría la pena que las autoridades locales, las capitanías de puerto, en todos nuestros sitios de recreo en playas y en lagos estuvieran revisando constantemente a aquellos que alquilan jet skis o lanchas. Son auténticos irresponsables.

Las leyes para manejar en agua son similares que en tierra, nunca salgan de la orilla que no sea en forma perpendicular y ya que están al centro pueden hacer sus maniobras. 

Cuando te vas a encontrar a alguien, el de la derecha tiene ventaja y por otro lado los chalecos salva vidas, mientras que aquí en todas nuestras playas vemos a los chamacones que se van luciendo sentados en la orillita lo cual propicia accidentes.

Así las cosas pues, esperemos que esto de Chihuahua sea una lección durísima porque se perdieron muchas vidas.

Pero no quitemos el dedo del renglón, aquí, en esta suma de estupideces, la mayor es para quienes organizaron y para quienes compitieron. Así de fácil.

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