El América hace como que compra una pistola y se dispara en el pié.
Las dos expulsiones de Pablo Aguilar y Samudio son para regresarlos a su país sin boleto de vuelta.
Pumas aprovecha lo que América les regala, así el 3-0 suena más que definitivo. América va por la hazaña monumental de meterle tres a Pumas sin respuesta y sin dos de sus “puntales” en defensa, es más, mejor sería que ni se presenten en Ciudad Universitaria al juego de vuelta, que pierdan por default y se vayan a Japón más descansados, este arroz ya se coció a favor de Pumas.
Indisciplina reiterada
América se muere solito en el Azteca, nadie le hace nada, solo provocarlos, las dos expulsiones son absurdas, rayando en la estupidez de perder la cabeza en momentos en los que no había peligro para su meta.
La entrada de Pablo Aguilar con los tacos por delante en el extremo de su área, con tres compañeros que le cubrían, es una indisciplina táctica absoluta, qué decir de Samudio que se deja provocar en una bronca “de ardidos”, ya cuando Pumas ganaba 1-0.
Comprar una pistola
Y dispararse en el propio pié, es lo más cercano a lo que vimos del América de “Nacho” Ambriz, que pierde la cabeza sin sentido, ofuscándose y nublando la vista de que esto es un juego a 180 Minutos, no una lucha a tres caídas.
El primer gol puma, un regalo…
Y no me refiero a la ejecución con el olfato impecable del goleador Ismael Sosa, que solo acaricia el esférico en ese centro por izquierda lleno de veneno e intención de Fidel Martínez, me refiero a la jugada que precede ese contragolpe Puma cuando América regala el balón en media cancha, pidiendo un faul que nunca existió, más que en la intención del jugador que se deja caer tratando de engañar, ahí la media cancha americanista se queda engarrotada, descolgada Puma, cambio de juego, centro de Fidel, rozón de Sosa y adiós.
Estupidez absurda…
De los dos zagueros americanistas, Pablo Aguilar y Samudio, los dos “refuerzos de oficio” que pierden la cabeza, pidiendo a gritos la expulsión.
Con nueve jugadores en la cancha, Pumas solo tiene que jugar, pasear el balón, así llegan el segundo de alcoba y el tercero de “Lalo” Herrera, no hubo más porque con tres ya era suficiente.
Primer tiempo un round de sombra
Lo más espectacular y hasta emocionante del primer tiempo de la visita del Superlíder Pumas al América en el Azteca, fue el “Vuelo del Águila”, pero la de “a deveras”, no los vestidos de Amarillo-Crema, lo demás fue como ver una pelea en donde los Boxeadores se la pasan fintando, precavidos, sin exponer nada más que lo elemental, nadie asume riesgos.
Luego al arranque de la segunda mitad, la Porra del América colocada detrás de la portería de vestidores, arma una enorme bandera de Japón como saludo al viaje del América el domingo al Mundial de Clubes, fuera de eso, nada destacable del fut de cancha en esa primera mitad.
Solo dos minutos de la segunda parte y Paul Aguilar logra desbordar por “SU” derecha, haciendo sonreír de “ya ven, se los dije”, a nuestro técnico nacional Juan Carlos Osorio, centro de medio gol, remate de Oribe rozando el balón… afuera.
Después de esto llega el primer gol Puma, la primera expulsión, más que absurda de Pablo Aguilar, luego se le vendría la noche al América, producto de esa absurda indisciplina individual en la segunda expulsión, la de Samudio, todavía más absurda, que les cuesta dos expulsiones, otras dos anotaciones más, tres goles en total sin respuesta y de visitante.
Así las cosas pues, América pierde el partido más evidente que el triunfo puma, ahora el domingo solo una hazaña monumental como única opción para alcanzar la Finalísima, ni más ni menos… Así de fácil.