Si esto sigue así, habría que hacer un Tri de naturalizados para ver si así sacamos el “buey de la barranca”, porque de estos dos grupos la verdad, no se hace uno.
YA NI NOS RESPETAN
Nuestros rivales se saben de memoria el script de nuestros “Tris” y ya le encontraron el modo de neutralizarnos. “Chepo” y su grupo saben de memoria la forma en que nos van a jugar y aún así no encuentran el antídoto, por eso, aquello de que Panamá nos sorprende tomando doble ventaja al arrancar los dos tiempos es solo un cuento sin sentido.
La jerarquía nos la venimos acabando a pedacitos en la eliminatoria y el estilo de juego con estos alternos es igual de repetitivo, ineficaz y chocantemente predecible, sin armar variantes.
Jugadores como “Chatón”, Fabián o Israel Jiménez están muy lejos de aquel nivel de los Olímpicos. Nuestro Tri alterno juega el mismo mediocre futbol sin imaginación que no alcanza ni para asustar a los de sexto “B”.
FUTBOL MEDIOCRE
Nuestro Tri, el alterno y el que se dice titular, juega a lo mismo y nada más no funciona, pases errados, desubicación en la cancha, sin variantes que no nos alcanza sino para aspirar a un resultado agónico, nuestros rivales ya nos conocen bien.
El primer tiempo no pudo comenzar peor, aún y a pesar del entradón de paisanos que hicieron ver a este Rose Bowl como si fuera precisamente un Rose Bowl de Año Nuevo pero en verano y Región 4.
A los 6 minutos ya Panamá nos había dado un susto, pero a los 7’ una falta inocentota de Raúl Jiménez, en su afán de regresar a apoyar a su cuadro defensivo, se trompica y comete el penal que anota el llamado “Fantasmita”, poniendo a Panamá en ventaja tempranera y obligando a los nuestros a buscar abrir espacios y crerar oportunidades, solo que, una vez más como nos viene ocurriendo en todos nuestros “Tris”, todo va bien hasta llegar a los tres cuartos de cancha, que es la zona previa a la de definición, la del penúltimo pase, ahí seguimos sufriendo en serio, a esto habrá que sumar la falta de forma de jugadores como “el Chatón” o Marco Fabían, muy lejos de aquel nivel encontrado en los Olímpicos de Londres. Los del Canal juegan entonces con la confianza de que los nuestros no van a hacer ni cosquillas hasta que ya en tiempo de compensación de esa miserable primera mitad, viene el pase largo de Israel Jiménez a Marco Fabían, quien entonces sí, no perdona para irnos al descanso con ese empate casi de limosna.
DESESPERADOS E IMPRECISOS
Los panameños salen del vestidor agrandados y sin tenernos el mínimo respeto. Viene un centro que Joel Huiqui ataca mal para dejar que el “Fantasmita” nos haga el segundo y el bailecito fastidioso al celebrar.
A partir de ese momento los nuestros dejaron en la orilla del campo cualquier intento de hacer jugadas futboleras y con sentido, como las hacen ellos mismos en sus equipos, pelotazos, desesperación y nada en el aspecto colectivo y ya no hablemos de variantes. En síntesis, nuestro Tri alterno arranca la Copa de Oro de forma desastrosa.
Así las cosas pues, parece que a estos “alternos” les pasaron la estafeta de la desesperación y presión con la que el otro Tri cerró su propio verano, por supuesto espero mejoría inmediata para retomar terreno y buscar calificar en este grupo que parecía “ a modo”, esperando también que con cada juego aparezca el tan olvidado “juego de conjunto” que ha desaparecido de todos los “Tris” como agua entre las manos… Así de fácil.