Querido Profesor
La reforma educativa surge ante la necesidad de limpiar la casa, de los abusos cometidos por seudo-maestros que han secuestrado una de las profesiones más nobles e importantes de un país. Docentes con talento y carisma se quedan fuera, ante la corrupción de venta de plazas y la idea insólita de que estas sean heredadas.
A esto se suman los paros actuales de los normalistas y maestros. Los primeros, en Michoacán, exigen que el otorgamiento de plazas sea automático, dejando la pregunta en el aire, ¿qué acaso no tienen la capacidad de adquirirlas por méritos propios?
Marcela Garza AguirreLa reforma educativa surge ante la necesidad de limpiar la casa, de los abusos cometidos por seudo-maestros que han secuestrado una de las profesiones más nobles e importantes de un país. Docentes con talento y carisma se quedan fuera, ante la corrupción de venta de plazas y la idea insólita de que estas sean heredadas.
A esto se suman los paros actuales de los normalistas y maestros. Los primeros, en Michoacán, exigen que el otorgamiento de plazas sea automático, dejando la pregunta en el aire, ¿qué acaso no tienen la capacidad de adquirirlas por méritos propios?
Parecería que hay de profesores a “profesores”. Definitivamente no son los segundos el motivo por lo que hoy estamos festejando, NACIONALMENTE, a todos los maestros. Sin embargo, sí son “estos” los que tanto han deteriorado la imagen de esta profesión.
Mientras que de ellos depende el éxito del sistema educativo de un país. Así lo dice Pearson, empresa que desarrolló La Curva de Aprendizaje, herramienta que mide el nivel educativo de los países pertenecientes a la OCDE. Este establece que hay dos elementos indispensables para que un sistema educativo tenga éxito: el primero, más que el dinero que se invierte en el rubro educativo, es la cultura y el nivel de compromiso que tiene la población por una buena educación. El segundo, buenos maestros.
No me queda la menor duda de que en México tenemos excelentes maestros. Personas con el carisma necesario, el cariño a la profesión y la determinación para que México evolucione. Pero la mayoría no se encuentran en activo, limitados por las tranzas de aquellos “disques” que les arrebatan sus plazas.
Quizá este el motivo por el que México se ubica en el lugar 38 de 40 de la lista publicada por Pearson, y por el que el gobierno actual quiere echar manos a la obra.
No hay líder que se pueda parar enfrente de otros, sin que sus credenciales lo avalen. Si México quiere ser escuchado y ser tomado en cuenta –a nivel Latinoamérica y luego en el mundo- tendrá que presentarse con mejores calificaciones de las que ahora ostenta.
Si nuestro futuro, el futuro de nuestros hijos, depende de nuestro magisterio, ¿cómo podemos hacer para que las voces de los buenos maestros sean las que se escuchen y callen los gritos pelados de aquellos que usurpan un nombre que no les corresponde?
Nos urge premiar a los buenos maestros. Construirles monumentos de héroes. Hacerlos líderes de barrio. Guías sabios. Verdaderos ‘Senseis’. Elevar el valor por lo que hoy todos estamos celebrando el Día del Maestro.
Quizá como lo hicieron Corea del Sur, Taiwán y Japón, que apostaron en la educación como la llave para su desarrollo, y lo lograron, México tenga su “MeMo” (mexican moment), con la ayuda de ti, maestro, que eres parte indispensable para generar los cambios que requerimos como país.
A ti mi querido profesor, muchas felicidades.