Seguramente usted como yo y como millones de mexicanos estamos asombrados, consternados, sorprendidos, por esta comunicación del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos que involucra, relaciona, a Rafa Márquez y a otros personajes, entre ellos el cantante Julión Álvarez, en temas de lavado de dinero, involucrado con nombres de gente muy buscada por las autoridades de Estados Unidos o de México.
Yo me descalifico para juzgar, por supuesto, para opinar a fondo que si con razón, que si el futbolista, que la tentación… yo me descalifico de esto porque desconozco muchas cosas.
Conozco en cambio la trayectoria de Rafa Márquez, con quien he tenido oportunidad de charlar en algunas ocasiones, sobre todo en los viajes de la Selección Nacional, en los aeropuertos, en algún entrenamiento, después alguna conferencia de prensa, he platicado con él, con su mesura, con su tranquilidad, mirada que a veces nos hace pensar sobre en qué estará pensando realmente Rafa Márquez, una tranquilidad, un hombre que platicar con él y cuyos conceptos, en muchas ocasiones, genera paz y, sobre todo, genera seguridad.
Es el capitán de la Selección Mexicana de Futbol, quizás hasta el día de hoy, es el hombre símbolo e insignia de nuestro futbol, para mí el mejor futbolista que ha dado el futbol mexicano, pegadito ahí con Hugo Sánchez, sin duda sus logros no fueron gratis, su paso por el Atlas y después por el Mónaco, el Barcelona (donde estuvo gigante, brillante, del 2003 al 2010), su paso por el futbol de los Estados Unidos en donde ganó también muy buen dinero; su regreso en León, como líder, dos veces campeón. Hoy como la insignia, la estafeta del equipo de sus amores, el Atlas, que estuvo a punto de adquirir o cuando menos puso una oferta con Alejandro Fernández, el cantante.
Un hombre que, además, seguido por muchos niños, platicando con mis nietos sobre si lo van a meter a la cárcel, qué va a pasar, qué pasa con Rafa Márquez, “no es cierto, él no es así, no es malo”… mis nietos de 9 años hacia abajo, porque además lo tienen como ídolo, y que se lo ha ganado bien, con mucho trabajo, con mucha presencia tanto en la cancha como fuera de ella, recién se enfrenta con la maquinaria del futbol con el tema, probable, del sindicato de futbolistas mexicanos.
Su Fundación Rafa Márquez, una fundación en la que yo colaboré hace poquito, poniéndonos una camiseta que dice “Hero”, que los que compramos esa camiseta y lo ponemos en las redes sociales para que otros se contagien… los resultados están ahí, hoy tendrá que sufrir mucho la fundación porque recibía muchos apoyos.
En fin, Rafa Márques y esto que se le viene encima. Quisiéramos cerrar los ojos y decir “ojalá sea una mala pasada, ojalá sea una mentira”; él y sus abogados pueden salir de esta y mostrar que hasta lo que hoy conocíamos de Rafa Márquez es la realidad de nuestro capitán de la Selección Nacional.
Insisto, no soy nadie para opinar, ni nadie para decir tantas cosas, me descalifico; me quedo con ese Rafa Márquez, hasta hoy, insisto, nuestro capitán de la Selección Nacional, el ejemplo de tantos niños, de tantos jugadores, el tema de decir sí se puede si le buscas por este lado; en fin esta mirada que a veces te genera incógnitas y su sinceridad al hablar que nos ha generado paz que hoy necesita nuestro capitán Rafa Márquez.
Ahí están los hechos, hasta ahí lo dejo, no opino. Simplemente le expongo estos hechos y estas cuestiones fundamentales de la relación, distante o no, he tenido con el capitán de la Selección Mexicana, hasta hoy, Rafa Márquez. Él, sus abogados y su conciencia.