Rayados traicionan ‘cábala’

Ejemplos sobran, desde la legendaria corbata de dragones que utilizaba Ricardo Lavolpe en el Mundial Alemania 2006 ó el ritual de Lebron James previo a cada partido en el que se coloca el protector bucal, saluda de mano a sus compañeros y mira hacia arriba lanzando el talco para las manos. El beso del capitán francés Laurent Blanc en la calva del portero Fabien Barthez antes da cada partido de su selección que al final se corona en Francia 98, la cinta en la cabeza del campeonísimo J.C.

Alfredo Domínguez Muro Alfredo Domínguez Muro Publicado el
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Ejemplos sobran, desde la legendaria corbata de dragones que utilizaba Ricardo Lavolpe en el Mundial Alemania 2006 ó el ritual de Lebron James previo a cada partido en el que se coloca el protector bucal, saluda de mano a sus compañeros y mira hacia arriba lanzando el talco para las manos. El beso del capitán francés Laurent Blanc en la calva del portero Fabien Barthez antes da cada partido de su selección que al final se corona en Francia 98, la cinta en la cabeza del campeonísimo J.C. Chávez , hay de todo, hasta lo más inimaginable, como la réplica de la Virgen de Luque que Carlos Salvador Bilardo colocaba junto a él en la banca de la selección de Argentina, pero estas anécdotas  serán temas de este espacio más adelante, hoy lo que nos ocupa es cómo Rayados traiciona su propia cábala al no llegar a alojarse al Hotel Hyatt de Polanco, antes Nikko en la Ciudad de México, previo a la semifinal contra América en el Azteca como había sido su costumbre por varios años, para llegar esta ocasión al Presidente Intercontinental, quizá sea la tarifa o quizá que al buen Luis Miguel Salvador le fastidió el cambio de administración de Nikko a Hyatt, o que le cerraron el Sushi bar, o que en el Presidente sirven mejor café en el desayuno, o que ahí tienen el Alfredo Di Roma para disfrutar el mejor fetuccini Alfedo del “Defe”, o que los colchones son más blanditos, vaya usted a saber la razón, lo cierto es que los Rayados traicionan esta cábala despreciando al Hyatt (Nikko) para irse al Presidente, en dónde la logística cambia y retrasan la salida para enredarse y desesperarse sin solución en el tráfico, obligados a llegar al majestuoso Azteca corriendo como cuando jugábamos en la Deportiva, cargando los zapatos y cambiándonos en el coche. Cierto, soy de los convencidos que la suerte se la fabrica cada uno, que todo puede entrenarse menos la competencia, que nada sustituye al trabajo y disciplina, pero, bien visto aunque yo mismo digo que no cuentan las cábalas ¿Para que retar a las cábalas? Digo, ¡por si las moscas!

Bienvenida la Chucho-dependencia

Buen apunte de Miguel Herrera al ser cuestionado por milésima ocasión acerca de la enorme diferencia del América, hoy finalista para rabia de sus millones de antagonistas, cuando juega Benítez o cuando no puede hacerlo. Miguel responde, con la seguridad de quién tiene los resultados y las circunstancias de su lado, no por la suerte o “cábala”, sino por los goles que dan resultados que a su vez dan puntos que entregan hoy las mejore cuentas a su dueño, a sus directivos y a sus millones de aficionados que, finalmente y después de muchos años, miles de ellos casi llenan el Azteca, y los millones más por la tele festejan el haber alcanzado la finalísima de nuestra LigaMX.

Las Águilas fueron superior a los Rayados que llegaron hasta donde sus límites les dieron. Esta vez el triple campeón de Concacaf no daba para más, no se guardaron nada, ni planteamientos  ni variantes, el América fue letal y certero, el penalti cambia las circunstancias del partido y aquí es Miguel Herrera el que ordena al mismísimo Christian Benítez que calme sus ansias de protagonismo, señalando al joven Raúl  Jiménez para cobrarlo impecable. Luego la pared Benítez – Jiménez en que el joven canterano le entrega servido el balón para matar a los Rayados de Vucetich , ya el gol de Aldo de Nigris solo sirve para que “Chepo” lo vea para uno de los dos “Tris” del verano.

Santos muere de nada

Cruz Azul hizo la tarea desde el juego de ida, aprovechando que los de Santos habían dejado en el vestidor la concentración, las teorías y tácticas ordenadas por el buen Caixinha y hasta ese ímpetu que les ha llevado lejos, el mismo que su directiva presume como “Mística”. El 3-0 de suyo era letal con una loza más pesadísima que les avienta su defensa Figueroa y para no ser menos es “ooootrooo” defensa santista, el joven Salinas, quien le regala al ”Chuletita” un balón más que a modo para que marcara el 1-0 que le ponía otra piedrota, esta vez tan pesada como el dios Tláloc a lo que quedaba del desmoralizado Santos, que se refleja en tantos expulsados y tarjeteados por el buen arbitraje del “Chiquimarco”.

El compromiso de la final soñada

Es solo uno, honrar la primera gran final que juegan dos de los cuatro “grandes” de nuestro “fut” desde aquella del 2004 entre Pumas y Chivas, que hasta hoy nadie ha podido superar en pasión, expectación, sentimiento y, principalmente ¡en raitings de televisión! … Así de fácil… 

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