Real Madrid (con señorío, con clase, con la grandeza que tiene) concentrado y enfocado ante un equipo del Nápoles que salió retador, con todo que ganar y nada que perder.
De hecho se fue arriba en el marcador a los 8 minutos y después la reacción madridista, muy concentrados, jugando convencidos de lo que están haciendo, el empate de Karim Benzema y después vienen dos golazos.
Hay uno en donde se ve la labor de trabajo de Cristiano Ronaldo; cierto, casi no ha anotado en la Champions porque después buscó -como decíamos allá en interclubes- estaba buscando su gol, no lo logró, pero hay una jugada en donde se va hacia línea de fondo y después centra en diagonal “matona”, aparece Toni Kroos (¡qué gol anotó!) y después, por si faltaba, viene un golazo fuera del área de Casemiro que podía firmar cualquiera.
Madrid tuvo todavía para anotar más, pero no se le dió. Tres a uno es una buena ventaja con el Nápoles, que le sirve mucho al equipo italiano el hecho de haber anotado como visitante.
Y después allá en la ciudad de Munich, en ese estadio increíble del Allianz Arena, ¡qué clase de partido pega el equipo del Bayern!, arrollando 5-1 al Arsenal, como para que no quede duda: esta eliminatoria, los dos como locales, el Madrid y el Bayern Munich, prácticamente están del otro lado, tendría que haber una debacle como la del Parque de los Príncipes donde el París Saint-Germain ya tiene el 4-0 de ventaja sobre el equipo del Barcelona. Se antoja insalvable.
Cinco a uno del Bayern Munich sobre el Arsenal, es un resultado no solamente por el marcador, sino por la forma en que está jugando el Bayern Munich, por nota, casi, casi con los ojos cerrados, el gol de Arjen Robben es un primor, un poema de gol, es el futbol a la máxima expresión.
Los gigantes del futbol aparecieron la noche de ayer allá en la Champions.