La llegada de Paula Ramírez Höhne como la nueva consejera presidenta del Instituto Electoral y Participación Ciudadana del Estado de Jalisco (IEPC), podría marcar una nueva era en el organismo, particularmente si logra ejercer su autonomía con el rigor y contundencia que les faltó a sus antecesores.
Los ojos están puestos sobre Ramírez Höhne, pues, además de ser la primera mujer que es seleccionada para fungir como titular del IEPC, deberá enfrentar, en el corto plazo, dos grandes retos: la elección extraordinaria de Tlaquepaque y, quizá con mayor complejidad, los comicios pendientes de Jilotlán de los Dolores.
Es cierto que en Tlaquepaque confluyen los intereses de la principal fuerza política de Jalisco (Movimiento Ciudadano), y de la principal fuerza política del país (Morena); sin embargo, en Jilotlán de los Dolores, Ramírez Höhne deberá lidiar, nada más y nada menos, que con la presencia amenazante de la delincuencia organizada –lo cual causó la anulación de esa elección–.
La funcionaria deberá de trabajar, además, en la consulta ciudadana que solicitó el gobernador Enrique Alfaro sobre la necesidad de un nuevo Pacto Fiscal. La consulta se deberá de llevar a cabo durante cuatro fines de semana en los meses de noviembre y diciembre, por lo que Ramírez Höhne deberá trabajar a marchas forzadas.
Espaldarazo del INE
Llaman la atención las palabras que brindó el consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello, durante la sesión extraordinaria del 26 de octubre, cuando fue elegida Ramírez Höhne para encabezar el IEPC:
“Cada una de las mujeres y hombres que designaremos no le debe ningún favor a los actores políticos, a ninguna fuerza electoral, y menos a un poder o a alguna consejera o consejero de este Consejo General. Cada una de las ciudadanas y ciudadanos que nombraremos deberán honrar con decisiones y hechos el cumplimiento de los principios de la función electoral”.
La arista técnica parece estar bien solventada con Ramírez Höhne, por eso, ahora lo que deberá probar con sus decisiones es su independencia ante las fuerzas políticas del Estado, lo que nunca ha sido fácil.
Puntos a su favor, nos comentan, es su vasta experiencia en el sector público, su equipo cohesionado y el respaldo de la mayoría de consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE), aún así, las pruebas no serán fáciles. Atentos.