Las fricciones entre el gobierno de Nuevo León, encabezado por Samuel García, y los principales partidos políticos de la entidad neoleonesa continúan en aumento. El último episodio ha sido la descalificación hacia algunos de los interlocutores priistas y la “petición” de que el diálogo entre la administración estatal y el tricolor sea a través de César Garza, el alcalde de Apodaca.
A esto se suma el anuncio de que la UIFE y la SAT Nuevo León investigaban a Zeferino Salgado, líder del Grupo San Nicolás del PAN. El divorcio con con los panistas y priistas es más que evidente. Esto repercute en el Congreso, donde se alista una iniciativa justamente para quitarle el control de estas unidades al Ejecutivo estatal.
En política las formas cuentan mucho. Y desde ambos lados parece que cada vez se aleja más la posibilidad de mantener ciertos acuerdos.
La reunión que ayer sostuvieron el alcalde César Garza y Samuel García, aunque pudo ser un intento de acercar posturas, no habría sido respaldada realmente por todas las partes, y quizá, por las formas, podría ahondar en la división.
Sobre la reunión de Samuel con el exgobernador Fernando Canales, y los exmandatarios interinos Fernando Elizondo y Benjamín Clariond, nos dicen, no hablan en nombre de la militancia priista y panista, ni de los principales líderes, por lo que realmente no ayudará en mucho a limar las asperezas.
Barragán comprometido
Juan Ignacio Barragán, titular de Servicios de Agua y Drenaje de Monterrey, podría haber perdido tiempo muy valioso para priorizar proyectos que quizá hubieran evitado que la situación de la crisis por escasez de agua llegara tan lejos. El hubiera no existe, pero parece que la oportunidad pasó de largo.
En la transición, nos aseguran, Barragán supo de la necesidad de comenzar con los pozos someros en el área de La Huasteca, y a la par iniciar con la construcción del acueducto de la presa El Cuchillo a la Zona Metropolitana de Monterrey para evitar los recortes masivos de agua.
Incluso, nos dicen, proveedores de AyD intentaron negociar un acuerdo que permitiera un proyecto de pagos que no necesariamente fueran de contado pero, al final, tampoco se avanzó por esa vía.
Las decisiones que se toma ron en la transición también tuvieron su peso en la situación actual, con la población pasando momentos difíciles por la escasez de líquido, lo cual este fin de semana derivó en una serie de bloqueos y reclamos.
Con todo esto en el horizonte, desde el Congreso estudian aprobar en segunda vuelta un dictamen que ciudadaniza y profesionaliza el ente. Parece que la posición de Barragán está muy comprometida por donde se le vea.
