No es la primera vez que el gobernador Jaime Rodríguez Calderón El Bronco parece ajeno a la realidad de la entidad que gobierna, o a su propia realidad política. Ya en otras ocasiones sus declaraciones respecto a la inseguridad o la violencia contra de las mujeres, por citar dos ejemplos, lo han exhibido.
Pero parece que esta vez sí se voló la barda. ‘El Bronco’ no tuvo empacho en afirmar que en su agenda política está un segundo intento por buscar la presidencia de la República en 2024, y que para ello recorrerá el país (¿al estilo AMLO?) a partir de que deje su cargo en 2021.
Como si el mandatario no tuviera abierto un proceso de sanción por las irregularidades en la recolección de firmas para su primer aventura presidencial, que incluso podría acabar con una destitución e inhabilitación.
Como si Nuevo León no hubiera vivido una regresión en rubros tan relevantes como la seguridad pública o violencia contra las mujeres, eso sin contar la nula inversión en infraestructura.
Como si el ‘boom’ independiente, del cuál fue punta de lanza Jaime Rodríguez, no se hubiese desinflado en gran parte por el despropósito de gobierno que ha encabezado en Nuevo León.
Con todo eso a cuestas, ¿de verdad va a salir ‘El Bronco’ a buscar el respaldo ciudadano para una nueva aventura política que seguramente terminará en fracaso?
Avance en favor de las mujeres
Las diputadas y los diputados del Congreso local finalmente dieron un paso importante en favor de las mujeres que viven en situación de violencia al aprobar por unanimidad la reforma a la Ley de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, que, entre otras cosas, obliga al gobierno del estado de Nuevo León y a los municipios a crear refugios para mujeres víctimas de agresiones.
Este paso, de momento en el papel, podría marcar una gran diferencia en la vida de cientos de mujeres en la entidad si se llega a implementar de manera correcta.
La situación no es para menos dado el ambiente adverso que viven las mujeres en el estado de Nuevo León, en donde la violencia de género ha venido escalando en los últimos años. Para darse una idea de la crisis, sólo uno de los municipios metropolitanos (Santa Catarina), ha tenido una reducción en las denuncias de violencia familiar, en el resto el aumento ha sido alarmante.
Aunque para que realmente se pueda revertir la situación se necesita un acompañamiento de mejores políticas públicas y un verdadero compromiso de los actores políticos en el Estado, no se puede negar que la obligatoriedad de los refugios es un importante avance.