Hernán Villarreal, secretario de Movilidad de Nuevo León, se equivocó totalmente al acusar a la diputada local del PRI, Lorena de la Garza, de no saber nada del transporte público, porque, le dijo, no usa camión. Sin duda nadie le ha dicho al funcionario que hay que conducirse de otra forma con los legisladores de su estado, más tratándose de una diputada.
Esta actitud sólo exhibe una excesiva arrogancia, porque tampoco es que Hernán utilice todos los días el camión, u otro medio de transporte público, para ir cumplir sus obligaciones como funcionario; todo lo contrario, pues se mueve en vehículo particular cómodamente.
Además, con esto también se refleja su molestia porque se descubrió su intención oscura de disfrazar el tarifazo en el uso del Sistema de Transporte Público de Nuevo León.
Pero esta no es la primera vez que exhibe arrogancia y malos modos, pues nos aseguran que en las reuniones con vecinos que refutan las obras del Metro elevado ha tenido el mismo comportamiento, de forma prepotente y sin aceptar críticas.
Samuel se lo toma personal
Las recientes declaraciones del gobernador Samuel García en torno al caso de su antecesor, Jaime Rodríguez Calderón, afirmando que “El Bronco” podría alcanzar hasta dos años de cárcel sólo por el hallazgo de un revólver Magnum calibre .357 en su rancho, serían ya un reflejo, nos comentan, de que el mandatario percibe que el caso no camina como quisiera. Esto, sumado a que se lo ha tomado como un tema personal.
De entrada, en caso de que Rodríguez cuente con permiso de la Sedena, ni siquiera necesita recurrir a un amparo, pues no tendría delito que perseguir, ni ameritaría investigación por ese lado.
Pero, más allá del tema del arma, su declaración sólo habla de que el delito por recursos de procedencia ilícita no está muy bien sustentado, ni tan sólido como podría esperarse, y quizá por eso ahora busca que se le castigue por el revólver.
Samuel continúa en la narrativa equivocada, sigue ensañándose de manera personal contra su antecesor, como si Nuevo León no requiriera un gobernador de tiempo completo.
