El mensaje del presidente Andrés Manuel López Obrador, de que hablará con los industriales de Nuevo León para que compartan el agua de sus pozos y así mitigar en la medida de lo posible el desabasto que se tiene en la entidad, principalmente en la Zona Metropolitana de Monterrey, exhibe, nos comentan, al propio gobernador, Samuel García, quien al parecer no pudo con el tema.
García no logró convencer a los empresarios y, para muestra, Juan Ignacio Barragán, director de Agua y Drenaje de Monterrey, dijo públicamente que los industriales no querían compartir el líquido.
Por eso Samuel no tuvo más remedio que buscar apoyarse en el presidente quien, por cierto, no rehúye a debatir con los empresarios, y parece que menos en este tema tan sensible, el del agua. En una de esas, de continuar la negativa de los industriales, podríamos ver una nueva confrontación desde la conferencia matutina en Palacio Nacional, pues hasta podrían exhibir a los empresarios que se rehúsan a cooperar.
En cuanto a Samuel, la realidad es que le quedó grande el reto de solucionar el problema del desabasto de agua en el corto plazo y los empresarios que lo apoyaron en campaña, por lo menos en este tema del agua, le dieron la espalda. La jugada no se ve que pueda ser redituable para el gobernador.
La Confederación Fantasma
La Confederación de Trabajadores de México (CTM) de Nuevo León, cuyo líder es Ismael Flores, simplemente brilla por su ausencia hoy que sus agremiados más lo necesitan. Resulta que este sindicato, que presuntamente defiende a los trabajadores de las injusticias, no se ha pronunciado por la cadena de aumentos del agua y transporte, que sin duda golpeará el bolsillo de sus agremiados.
Y no es que se espere una severa crítica contra el gobernador Samuel García, sino simplemente que tenga un pronunciamiento dejando ver que está para defender a los trabajadores, quienes más que nunca necesitan que no se afecte su economía.
Pero resulta que este sindicato salió muy bueno para cobrar la cuota a los comerciantes de los mercados rodantes en el área metropolitana.
Quizá a Ismael no le preocupa tanto que estos incrementos afecten a sus agremiados, pues no es que él esté preocupado precisamente por su situación económica particular, ni tampoco por su futuro.