Tal parece que para el gobernador de Chihuahua, el panista Javier Corral, todo vale con tal de intentar imponer a su ‘delfín’ para sucederlo, el senador con licencia Gustavo Madero, incluso ejercer violencia política y personal en contra de las mujeres.
Los ataques que desde hace meses ha emprendido el mandatario estatal en contra de la alcaldesa con licencia de la capital chihuahuense, Maru Campos, es totalmente reprobable, y esta actitud no puede ser pasada por alto en una entidad en donde la violencia en contra de las mujeres y la tasa de impunidad se encuentran en niveles de alerta.
Afortunadamente hay mujeres en la entidad, respaldadas por colectivos a nivel nacional como 50+1, que están dandole pelea política al mandatario, que sigue en una postura lamentable al no querer escuchar.
Habrá que recordarle a Corral que ya existen lineamientos para sancionar la violencia política de género y que aún a pesar de ser gobernador, no está exento de posibles sanciones, más allá de lo mal posicionado que ya está en tren las mujeres de su estado.