Estos malandrines de cuello blanco que controlan el boxeo no tiene llenadera.
Después de la mal llamada “Pelea del Siglo” que nos queda a deber por todos lados, con un Floyd Mayweather Jr., auto-nombrado “Mejor peleador Libra por Libra” que, se vale, es su estilo, se dedica a correr sin jamás abrir pelea o intentar un ataque formal lanzando unos cuantos bofetones y cachetaditas suficientes para superar en el criterio de los jueces, a un “Pacman” incapaz de mantener jamás una serie de golpes y luego rematar al “Money” las pocas veces que logró acorralarlo, la excusa está a la vista: “Manny subió al ring lesionado del hombro”. Sí, ajá, no pues así sí, cuentazo más largo que la cuaresma.
¡Bullshit! diría uno de mis amigos gringos, esto es solo el principio de la “Revancha del Siglo” que se cocina para fin de año después, por supuesto, de sondear el mercado que tendrá sus dudas tras la decepcionante pelea… ¿o acaso ya estaría negociada?
El arte del box
Cierto, el boxeo es el “arte de la defensa y el ataque”, hasta ahí todo claro, solamente que en la mal llamada “Pelea del Siglo”, esta que rompe todos los récords de expectación, audiencias, ingresos superiores a los 500 millones de dólares, bolsas millonarias para los contendientes, Floyd por ahí de los 200 millonsotes y el “Pobre” Pacquiao solo por ahí de los 100 millonsazos, récords en el precio de los boletos, souvenirs que fueron auténticos ROBOS DEL SIGLO, una cachucha con el nombre de los boxeadores valía ¡400 dólares!, o sea 100 cachuchas de las buenas con ese precio, chamarras de 3 mil dólares, cierto son de piel pero en Buenos Aires con esa lana te mandas a hacer unas chamarras o sacos de piel mucho mejores, mas de 10 mil villamelones pagaron hasta 200 dólares solo para verlos en calzoncillos por 10 minutos en el pesaje.
Decepción del siglo
Y ya entrados en la pelea, Manny propone desde el primer campanazo perseguir y tratar de detener y acorralar al elusivo “Money”, de hecho lo consigue en los tres primero rounds hasta que el intento comienza a pasarle factura, hubo momentos en el tercer round en que lo tuvo arrinconado en una esquina y ante los muchos golpes estrellados en los brazos de Floyd, “Pacman” se retira a recuperar energías esperando la campana.
Por ahí Pacquiao habla de una lesión en el hombro.
Pierde el boxeo
Al final del camino, el único ganador es el súper negocio del siglo, perdemos todos los demás comenzando por el boxeo y sus organismos que hoy vitorean a un peleador que consideran el “mejor libra por libra” pero que nunca abre pelea, solo se defiende, tira unos cuantos manazos y cachetaditas sin consecuencia, corre hacia atrás y a los lados, rehúye cualquier esbozo de pelea, desespera al rival y listo, a cobrar sus millones.
De paso pierde Pacquiao, no por la pobre exhibición en la que se cansa de tirar golpes sin hacer blanco al morenazo Floyd, pierde con esa excusa del hombro, calentando ya quizá desde hace meses la revancha automática…
Así de fácil.
¡El mejor boxeador no pega ni con saliva!
Es claro, Bob Arum, promotor de cabecera de Manny, busca la revancha que seguramente no llegará a ser tan espantosamente cara e inflada pero sí con muchos millones de dólares por delante. Arum señala después de la pelea:
“No ha podido lanzar los golpes que en él es habitual porque su hombro derecho no estaba bien… creo que la lesión se la produjo después del 11 de marzo”, la cara de cinismo del Arum es imperdible.
Luego el manager del filipino, el gran Freddie ROACH, completa la duda del engaño:
“Manny mejoraba en las últimas semanas, estaba feliz con la forma en que se recuperaba y por eso seguimos con la pelea…. Trabajamos en cuerdas, fue eficaz, pero con el dolor en el hombro es difícil tirar golpes”.
De hecho Don Freddie aseguró que “Pacman “ tuvo que cambiar la estrategia y buscar golpes alternativos por esa lesión que sufría.
Manny asegura que no quiso dar a conocer esa lesión para no alterar la promoción, aunque reconoce que sí le impidió usar a fondo brazo y mano derechos.
“Pero aún así, hice una buena pelea, ahí estaba, no podía usar bien mi hombro.
“A pesar de la lesión, me siento contento porque creo que hice una buena pelea, suficiente para ganar”, dijo Pacquiao después del combate.