Se levantan y te matan
Con Johan Cruyff, al igual que con César Luis Menotti, a la hora de charlar con ellos hay que guardar silencio y escucharlos.
Soltar solo de vez en cuando una o dos ideas o preguntas, para que sean ellos los que tomen el hilo conductor y se dejen ir como en una cascada de ideas y reflexiones.
Alfredo Domínguez MuroCon Johan Cruyff, al igual que con César Luis Menotti, a la hora de charlar con ellos hay que guardar silencio y escucharlos.
Soltar solo de vez en cuando una o dos ideas o preguntas, para que sean ellos los que tomen el hilo conductor y se dejen ir como en una cascada de ideas y reflexiones.
Esa es mi experiencia en las ocasiones que he tenido el privilegio de dialogar con alguno de ellos. Hoy que el Gran Cruyff se nos ha ido de este mundo de realidades de todos colores, brincan a mi mente y a mi corazón algunas de esas reflexiones, quizá la más profunda para mi sucedió en…
Aquella tarde asfixiante…
Del 29 de junio de 1998 con el sol a plomo en Montpellier, en los Octavos de Final de la Copa del Mundo Francia 98.
Nuestro Tri dirigido entonces por “Manolo” Lapuente enfrentaba a la poderosa Alemania de Verti Bogts.
Los nuestros apostaron a la excelente condición física que habían logrado después de una larguísima concentración en Europa de más de un mes. Como había ocurrido ante Corea del Sur, a los que le dieron la vuelta para salir con el triunfo 2-1 con goles de Luis “Matador” Hernández y Ricardo Peláez, ¡cómo olvidarlo!
Luego vino Bélgica y la expulsión de Pável Pardo, que nos puso 2-0 abajo hasta que, una vez más corazón y condición por delante, alcanzar el 2-2 de “Beto” García Aspe y el “Cuau”.
Más adelante vino el pase a la siguiente ronda frente a la selección de Holanda, que se puso 2-0 arriba para que, como en los dos juegos anteriores, los muchachos de Lapuente alcanzaran el empate y clasificación con goles de Peláez y “El Matador”.
Monólogo espontáneo
“Manolo” apostó una vez más por el sacrificio físico para encarar a la Alemania favorita para disputar el título. El primer tiempo fue de ambos lados, Jorge Campos salvó con un paradón y “Paco” Palencia estrelló una “cantada” al cuerpo del arquero alemán Kopke.
Tuve el privilegio de ser llamado por Emilio Azcárraga y Ricardo Pérez Teuffer como director de Televisa Deportes y en aquella tarde tuve también el privilegio de ver el juego en el palco al lado de Johan Cruyff, que casi sin necesidad de cuestionarlo me venía explicando el juego en palabras sencillas y directas como lo que era, todo un maestro.
Vino entonces la gran jugada de Claudio Suárez al “Cuau”, que con esa claridad y dominio para ver el juego, filtra la pelota para que llegara Luis Hernández poniendo arriba a los nuestros. La algarabía que teníamos en la tribuna era indescriptible, Cruyff solo sonreía.
Luego vino la del “Cabrito” al poste y más adelante otra pincelada de Cuauhtémoc Blanco al “Matador”, que falla regalando el balón al arquero.
No te adelantes
En medio de aquella euforia, comenté con Johan Cruyff acerca del dominio mexicano y lo cerca que estábamos de completar la hazaña de vencer a Alemania en un Mundial, a lo que el maestro me respondió lacónico: “No te adelantes, esto no es así… a los alemanes cuando los tengas hay que rematarlos porque si no ellos se levantan y te matan”.
Nuestra charla continuó un poco en el sentido de la mentalidad y filosofía alemana de nunca regalar nada ni darse por vencidos en nada, en ningún campo de la vida, tampoco en el futbol.
Minutos después los alemanes se fueron con todo. A falta de 15 minutos, “Didí” manda un centro sin nada de qué preocuparse, pero Raúl Rodrigo LARA se hace bolas y dejando el balón a Jurgen Klinsmann que apunta, dispara y anota.
Johan Cruyff no comentó nada en ese gol, solo pasó la mano por sus cabellos y me señaló la cancha con la mano, no necesitaba decir más.
Faltando cinco minutos Oliver Bierhoff le gana la posición a Lara, cabecea y adiós.
El silencio en nuestra zona era sepucral, el Maestro Cruyff lo rompe comentándome: “no basta tener la mejor condición y sacrificio, hay que saber cerrar los juegos, concentración total y más cuando juegas con los alemanes que, me hubiera gustado equivocarme, pero si no los matas, ellos se levantan… ¡y te matan!”.
Nos equivocamos en la transmisión
Ya en el tren de regreso hacia París, le comenté a Ricardo Pérez Teuffer: “creo que nos equivocamos”, Ricardo me miró con “cara de what”.
Al ver su reacción le comenté: “Hoy debimos haber puesto a Johan Cruyff a comentar en lugar de Hugo”, Pérez Teuffer me respondió “¿tu crees eso?”, a lo que le dije después de comentarle mi experiencia y charla con el Maestro Johan: “Hoy recibí una clase de Maestría de Futbol.. quizá hubiéramos tenido menos rating, pero sus comentarios profundos, de peso, fuertes pero muy reales, Cruyff me fue desmenuzando el juego, lo ve todo tan claro minuto a minuto y cuando aún ganaba nuestra Selección supo distinguir por dónde se iría el partido…”
Aquella tarde no solo recibí una Lección de futbol sino una Lección de vida…
Así de fácil.