Una vuelta más
Así como los niños chiquitos que se suben a los caballitos, o los más grandes que se suben a la montaña rusa, así gritaba seguramente Sebastian Vettel, el piloto Ferrari de Fórmula 1 que está peleando el campeonato del mundo con Lewis Hamilton en la última vuelta del Gran Premio de Austria.
Un Gran Premio aburridón, hasta cierto punto predecible, excepto en las 10 últimas vueltas en un autódromo de los más largos de la Fórmula 1 que privilegia a los motores de mayor potencia y, por supuesto, a la velocidad tope.
Alfredo Domínguez MuroAsí como los niños chiquitos que se suben a los caballitos, o los más grandes que se suben a la montaña rusa, así gritaba seguramente Sebastian Vettel, el piloto Ferrari de Fórmula 1 que está peleando el campeonato del mundo con Lewis Hamilton en la última vuelta del Gran Premio de Austria.
Un Gran Premio aburridón, hasta cierto punto predecible, excepto en las 10 últimas vueltas en un autódromo de los más largos de la Fórmula 1 que privilegia a los motores de mayor potencia y, por supuesto, a la velocidad tope.
Esta es la razón por la que los pilotos de las tres escuderías dominantes (Mercedes, Ferrari y Red Bull) se despidieron de todos muy temprano en la carrera.
Un autódromo, por cierto que tiene una zona boscosa, cerca de Graz, quienes hemos tenido la oportunidad de estar en el que hoy se conoce como el Red Bull Circuito, pues tiene unas zona en el fondo del bosque, lomas naturales, lo que son tribunas naturales y se atascan, y por supuesto las zonas de tribunas como usted y yo las conocemos.
Valttieri Bottas había impuesto el mejor tiempo en los entrenamientos, Lewis Hamilton intentó alcanzarlo en los entrenamientos, sabedor que tenía un castigo de cinco posiciones en la parrilla por haber cambiado la caja de velocidades, Vettel, Räikkönen, Ricciardo, Verstappen, en ese orden.
Al arrancar la carrera, Daniil Kvyat, el ruso, golpea el Mc Laren-Honda de Fernando Alonso que a su vez va y golpea a Verstappen en el segundo Red Bull y, bueno, el quinto retiro de Max Verstappen en siete carreras, qué diferente destino en relación a Daniel Ricciardo que lleva podios en toda la temporada, práctiamente.
Bottas se lleva el Gran Premio de Austria, como les digo, aburridón, pero faltando 10 vueltas, cuando ya el desgaste de las llantas comenzaba a buscar a los pilotos cuidar sus neumáticos y también pensar que podía caer la lluvia, Sebastian Vettel empieza a recortar de casi 4 segundos hasta menos de 1 segundo y en las dos últimas vueltas en medio segundo y la última vuelta estaba a medio segundo, pero cayó la bandera a cuadros.
Solamente que detrás de ellos venían peleando por el tercer lugar Daniel Ricciardo, el australiano de Red Bull y Lewis Hamilton que venía recortando y recortando… a tal grado que cuando entran el 1-2 de Bottas, Vettel, con medio segundo de diferencia, detrás de ellos unos cuatro segundos detrás, venía Daniel Ricciardo cuidando la posición en relación a Lewis Hamilton y le ganó sólo por tres décimas de segundo, una gran carrera en las últimas 10 vueltas.
¿Bottas gana porque Lewis Hamilton no estuvo peleando? Yo le digo que no. Gana porque trae buen coche y lo sabe conducir, es la ocasión en esta temporada y ya tiene, ahora sí que palabra propia, ya no es la sombra de Hamilton, y aquí Mercedes tendrá ahora qué diseñar un paquete para cada uno en el sentido de no privilegiar a un piloto número 1.
Y por el otro lado pues se pone a 15 puntos que ya es menos de una carrera de diferencia de Hamilton y Hamilton, a su vez, a 20 puntos de Vettel, que cosecha estos puntos y este enfrentamiento, Vettel-Hamilton, por más usted que haya visto que se saludaron, la realidad es que el lenguaje corporal es lo más importante y, cuando se encontraron al final de la carrera, apenitas se saludaron y como dijo aquel, cada quien por su lado y lo mismo en las entrevistas previas al Gran Premio.
De eso se trata también, al final de cuentas no se trata que se den de puñaladas o de golpes, pero sí que la rivalidad no se esconda, al fin y al cabo son pilotos… y son los mejores del mundo.