Sueños de opio

Cuando Pedro Aspe era secretario de Hacienda de Carlos Salinas soñó que la pobreza en México era un mito genial.

El secretario de Salud de Ernesto Zedillo, Juan Ramón de la Fuente, soñó que algún día sería presidente.

La obsesión por la “enchilada completa” fue la alucinación del canciller Jorge Castañeda al inicio del sexenio de Vicente Fox.

En tanto que el sueño del secretario de gobernación Fernando Gómez Mont fue que Felipe Calderón le ganaría la guerra al narco antes de que concluyera su sexenio.

Lo que escuchamos ayer de estos cuatro exsecretarios de Estado, solo se puede concluir que coordinados por el expresidente Fox, el nuevo sueño de los cinco es convertir a México en un paraíso para los adictos.

Por lo pronto Jorge Castañeda asegura que para diciembre la ciudad de México será la pionera al aprobar una ley que permita el establecimiento de clubes para el libre consumo de la droga.

“El güero” asegura que ya convenció al asambleísta Manuel Granados de que a su vez convenza a Miguel Ángel Mancera para que en el DF puedan “viajar” con toda tranquilidad los adictos por el mariguana-espacio.

Sin embargo, lo más curioso del caso es que los promotores del cannabis no sean jóvenes, sino que cuatro de los cinco, si se incluye a Fox, rebasan ya los 70 años.

Y este dato biográfico ha dado pie para que algunos estudiosos de las conductas de los adultos mayores, atribuyan estos extraños cambios en la personalidad, a una especie de nostalgia por los inolvidables festivales de Woodstock y Valle de Bravo, del siglo pasado.

La envidia de Pinocho

Ni manera de creerle al exsecretario de gobernación Fernando Gómez Mont.

Y es que ahora resulta que Gómez Mont promueve la liberalización de la mariguana, cuando en el 2010, en una solemnísima carta le refutó a Joaquín Sabina creer que la liberalización de las drogas traería el fin de la violencia.

“Cabe hacer notar que la legalización de las drogas no resuelve el problema fundamental de seguridad en el país… Incluso no garantiza que las bandas delincuenciales renuncien a prácticas al margen de la ley”.

Y lo mismo reza para sus compañeros de equipo, porque a ninguno les escuchamos decir, cuando eran secretarios de Estado, que habría que despenalizar las drogas.