Tú y tus superpoderes

Soy un fraude. No sirvo para esto. Me falta experiencia. Le tengo pánico a fracasar y que descubran que me gané algo inmerecido.

Soy un fraude. No sirvo para esto. Me falta experiencia. Le tengo pánico a fracasar y que descubran que me gané algo inmerecido. Son frases que todos hemos escuchado de una voz interior que nos taladra el cerebro. 

Hoy se conoce a esto como el síndrome del impostor. 

Pero te tengo una buena noticia. Así como todos hemos escuchado esta voz crítica que nos llena de inseguridad, también todos, aunque no lo sepamos, tenemos un súper poder, alguna habilidad que nos hace únicos e invencibles, que nos permite enfrentar el cambio, vencer el miedo y ser mejores. 

A veces resulta que este síndrome del impostor se puede volver tu súper poder. “Un rasgo que no le gusta a las personas de sí mismas puede, en realidad, estar motivándolas a desempeñarse mejor”, dice Basima Tewfik, profesora asistente de Estudios de Trabajo y Organización del MIT. 

Uno de los súper poderes que más admiro es la capacidad de algunas personas de “ver” y desarrollar el súper poder que hay en los demás. 

Este es justo el factor extraordinario de Alfredo Fonseca, quien encontró el súper poder que existe dentro de los artesanos mexicanos para ayudarlos a innovar con sus piezas. 

Alfredo es parte de la tercera generación de una familia de artesanos. Hace unos años notó que la gente no reconocía el valor del oficio y que varios talleres estaban cerrando, debido a varios problemas como la informalidad laboral, el regateo y la competencia con productos de réplica. 

Alfredo no supo cómo evitar, incluso, la quiebra del taller de su papá. Sentía que no tenía el conocimiento ni la experiencia. 

Después de estudiar ingeniería en comunicaciones, trabajó en varias empresas, donde pasó por las áreas de tecnología, ventas y mercadotecnia. Así adquirió la experiencia que le faltaba y se sintió listo para desarrollar un proyecto que hiciera sustentable el trabajo de los artesanos. 

Surgió así, hace seis años, La Cosita Chula. Lo que comenzó como un taller de alfarería en Tonalá, Jalisco, evolucionó a una plataforma que hoy beneficia a más de 120 artesanos de siete estados del país y lleva estas piezas a tiendas en línea como Amazon, y a tiendas físicas como Liverpool, Walmart y City Market. 

Con la venta en línea La Cosita Chula ha llegado hasta Alemania, Reino Unido, Japón, Australia y Estados Unidos. 

Así fue cómo Alfredo derrotó su propio síndrome del impostor y creó una empresa que le permitió encontrar y desarrollar sus superpoderes, pero también los superpoderes de los demás. 

Lo que empezó con miedo a enfrentar un problema se convirtió en su razón de ser. 

“Me apasiona ayudar a otros a encontrar su súper poder. Cuando encuentras en lo que eres bueno puedes eliminar esas diferencias que tienes con alguien más y ser pleno. Una vez que encuentras ese súper poder te puedes dedicar a trabajar en equipo; rompes esos paradigmas, no solo en ti, sino que empiezas a contagiar a los que están alrededor.” 

Y tú, ¿ya descubriste cuál es tu súper poder? 

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