Ultimátum
Los senadores perredistas Luis Miguel Barbosa y Alejandro Encinas lanzaron un ultimátum al gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre, para que a la mayor brevedad posible deje el cargo.
Según los jefes de las tribus perredistas del Senado, la medida está más que justificada, al menos por tres razones:
En primer lugar, porque la salida del gobernador distendería el ambiente de tensión que se vive en Guerrero.
En segundo, porque ayudaría mucho a las investigaciones que el investigado, no fuera también investigador.
Redes de PoderLos senadores perredistas Luis Miguel Barbosa y Alejandro Encinas lanzaron un ultimátum al gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre, para que a la mayor brevedad posible deje el cargo.
Según los jefes de las tribus perredistas del Senado, la medida está más que justificada, al menos por tres razones:
En primer lugar, porque la salida del gobernador distendería el ambiente de tensión que se vive en Guerrero.
En segundo, porque ayudaría mucho a las investigaciones que el investigado, no fuera también investigador.
Y en tercer lugar porque Ángel Aguirre dejó de ser un interlocutor válido, no solo con los estudiantes normalistas de Ayotzinapan, sino con todo los sectores de la sociedad guerrerense.
Si Aguirre no atiende el llamado, el Senado de la República podría proceder a desaparecer los poderes.
El desafío
Mientras el Papa Francisco casi se desgañita por propalar que la Iglesia no debe temer a los cambios, la Arquidiócesis de México que preside el cardenal Norberto Rivera parece no estar de acuerdo.
Por lo menos, eso se desprende de la lectura de la editorial del semanario oficial de la Arquidiócesis “Desde la fe”.
Y es que mientras el Papa Francisco señala que se requiere una Iglesia que sea “más compasiva y menos rígida”, el semanario advierte que hasta ahora no ha habido ningún cambio doctrinal de la Iglesia.
De acuerdo con la editorial, mientras son peras o son manzanas, los divorciados que se hayan casado nuevamente están excomulgados de facto.
No estaría nada mal que la Conferencia del Episcopado emitiera un comunicado al respecto.
Y es que al paso que vamos, la Arquidiócesis Primada de México terminará por confundir aún más a los católicos.
Fe ciega
Aunque nadie puede negar que el padre Solalinde haya sido un defensor de los derechos de los migrantes, habrá que decir que el presbítero a veces peca de ingenuo.
Es ilógico que para probar que los estudiantes no fueron quemados vivos, la PRG tendría que presentar a los desparecidos.
Primero, porque al padre Solalinde no le consta que los secuestradores hayan quemado a sus víctimas.
Y es que si bien lo que dice el padre es lo que alguien le contó, esto no significa necesariamente que la confesión del presunto testigo necesariamente sea cierta.
Pero además, su fe ciega en los dichos de la “policía comunitaria” da muchísimo qué pensar sobre la eventual ingenuidad que pudiera tener el presbítero.
En estos casos, resultaría más seguro no creer hasta no ver, como le hizo Santo Tomás.