Un organismo agusanado

El proceso de putrefacción avanza sin que se pueda detener el deterioro originado por dicha purulencia que despide un hedor mefítico. El cáncer de la corrupción nos devora por los cuatro costados. La metástasis es evidente, comprobable a simple vista. Basta con leer los diarios, ver los noticieros y conversar con cualquier paisano medianamente ilustrado, una víctima más de la delincuencia burocrática organizada, para comprobar lo anterior.

Francisco Martín Moreno Francisco Martín Moreno Publicado el
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El proceso de putrefacción avanza sin que se pueda detener el deterioro originado por dicha purulencia que despide un hedor mefítico. El cáncer de la corrupción nos devora por los cuatro costados. La metástasis es evidente, comprobable a simple vista. Basta con leer los diarios, ver los noticieros y conversar con cualquier paisano medianamente ilustrado, una víctima más de la delincuencia burocrática organizada, para comprobar lo anterior.

El gobierno saliente en San Luis Potosí, a cargo de el exgobernador Marcelo de los Santos, concedió un préstamo por mil 500 millones de pesos sin que ningún potosino conozca el destino de esos dineros.

En Aguascalientes, el escándalo no es menor puesto que el exgobernador Luis Armando Reynoso Femat y su hijo, Luis Armando, son investigados por lavado de dinero, compras fantasmas y, por supuesto, por enriquecimiento ilícito.

En Chiapas, se dice que la administración de Juan Sabines no solo dejó en bancarrota a su estado natal, sino que se le acusa de delitos de enriquecimiento ilícito, (un lugar común), abuso de funciones, fraude procesal y desfalco por 40 mil millones de pesos, en una entidad en la que la mayoría de la población no solo es analfabeta funcional, sino que carece de calzado, sepultada en la miseria.

¿Qué tal…? Nuevo León, en donde se habla de un desfalco mayúsculo cometido por la pandilla capitaneada por Natividad González Parás, continuó la dolorida historia de latrocinios al aumentar hasta seis veces el costo de las obras públicas, no parece tener final tampoco en la actual administración.

Mario Marín, exgobernador de Puebla, el execrable “gober precioso”, acusado también de pederastia, no parece quedarse atrás en su presunto enriquecimiento, tan brutal como ofensivo, que dejó a su entidad hundida en una deuda pública de más de nueve mil millones de pesos, además de ser conocido por sus propiedades ostentosas, sus autos de lujo y sus chalets multimillonarios en el extranjero, como el de su hijo en los Alpes europeos o sus bienes en Texas, en Florida y en la Ciudad de México, sin olvidar sus “negocios” en taxis aéreos y sus inversiones en las bolsas del mundo entero, no faltaba más.

¿Y Ulises Ruíz, exgobernador de una Oaxaca sepultada en el hambre y en la ignorancia? A este “presupuestívoro” se le acusa de desvío de fondos por más de cuatro mil millones de pesos, cifra tan escandalosa como la inanición de los indígenas en dicho estado.

En Veracruz, Coahuila, Jalisco, los cargos no son menores. Se habla de otros miles y más miles de millones de pesos de desfalcos, entre otras entidades federativas que este reducido espacio me impide mencionar.

Es claro que el sector público, en el que se le debe dar cabida a Pemex y a CFE, otras cuevas de bandidos, en las que se alojan sus respectivos sindicatos, integran un organismo agusanado, un cuerpo podrido, mientras que la sociedad mexicana, anestesiada, duerme el sueño de los justos…

Juro defender la Constitución y las leyes que de ella emanen y si no que la patria me lo demande y ja, ja, ja y bla, bla y bla…

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