En las primeras horas del 1 de noviembre de 2012 estaba planeada la intervención total de la Policía Regia por la Marina y el despido fulminante de los 600 elementos policiacos y mandos de esta corporación municipal.
Los niveles de infiltración del narcotráfico que presentaba la Policía Municipal de Monterrey exigían un golpe así: letal y repentino.
Como el propinado hace dos años por la Marina-Armada a la policía metropolitana de Veracruz y Boca del Río.
La propuesta la tuvo en su escritorio la ahora alcaldesa electa de Monterrey, Margarita Arellanes, quien tomó la decisión de una intervención parcial de la Marina y una depuración paulatina que se concretara de forma gradual.
La posibilidad de un enfrentamiento con los policías municipales que iban a ser cesados estaba latente y era un riesgo social y político para la nueva alcaldesa de Monterrey.
¿Quiénes fueron los responsables de la podredumbre que existía en la Policía Regia?
¿Quién dejó en manos del crimen esta corporación municipal por tanto tiempo?
Hoy no sorprende, por ejemplo, que la tarde del 25 de agosto de 2011 cuando pasó la tragedia del Casino Royale, las cámaras de videovigilancia conectadas al C4 de la Policía Regia no estaban funcionando y nadie se preocupó por esa situación.
Por supuesto que no sorprende tampoco que el comando de sicarios del Cártel de Los Zetas que atacó el centro de apuestas provocando la muerte de 52 personas haya pasado justo frente a las patrullas de la Policía Regia que estaban en el Casino Red.
Como tampoco sorprende que el exdirector operativo de la Policía Regia, Miguel Mascorro, goce hoy de escoltas y vehículos asignados para su protección por el Municipio regiomontano gracias a un amparo que obtuvo este exmando policiaco.
Tuvo que ampararse para que le dieran protección porque sabía que si él estaba con un grupo criminal, el rival trataría de eliminarlo.
Un judas en el PAN
El panista Armando Rodríguez Corona se quedó ayer a un voto de ser designado integrante del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado, pero un judas del PAN lo traicionó en la votación final.
La propuesta del PAN para nombrar a Rodríguez Corona requería de 22 votos, pero sólo logró 21 votos en el pleno: 19 de parte de los legisladores del PAN, uno de Eduardo Arguijo y otro más de José Isabel Meza.
El legislador del PANAL es amigo personal de Rodríguez Corona y mostró públicamente el sentido de su voto –que se hizo a través de cédula secreta- para que no hubiera dudas sobre su apoyo.
No hay duda de que el voto que faltó para concretar el nombramiento de Rodríguez Corona no surgió, como se esperaba, del grupo legislativo del PAN que encabeza Juan Carlos Ruiz.
Las sospechas recaen en el grupo de panistas que apoyaban en la bancada del PAN el nombramiento de Hiram de León para el Consejo de la Judicatura en lugar de Rodríguez Corona.
¿Quién fue el traidor?
Corona es un panista identificado con el grupo de Alejandra “Kana” Fernández y Gustavo Valdez “La Terca”, contrario a la Santísima Trinidad que encabeza el senador Raúl Gracia, Fernando Larrazabal y Zeferino Salgado.
Rodríguez Corona acompañaba su tristeza con un tequila en el restaurante EL Mirador, donde estuvo al pendiente para ir a tomar protesta como nuevo integrante del Consejo de la Judicatura.
Por lo pronto, en el cargo de la Judicatura continuará el priista Héctor Zertuche, quien fue nombrado para este cargo en sustitución del panista Raúl Gracia, que salió para ir al Senado.
El periodo de Gracia concluía hoy viernes, pero una vez más el PAN no pudo ejercer su mayoría que tiene en el Congreso… Sin embargo, ahora no fue el PRI, ni sus aliados, quienes se lo impidieron. Fue un legislador del mismo partido político albiazul.