Un taxi para ‘Memo’ Ochoa

‘Memo’ Ochoa sigue todavía con la mano levantada como si esperara un taxi o un Uber, ahora de moda con esas broncas. 

Dicen que la realidad es que estaba pidiendo al árbitro del Costa Rica–México un fuera de lugar que nunca existió, los off sides (así se dice en inglés futbolero) son cuando el árbitro los marca, con esta chocante costumbre de querer que sea el árbitro el que resuelva todo en lugar de meterse al juego, resolver la jugada y ya después a ver si la marcan o no, pero es mucho pedir querer que el “juez” defina los resultados.

Alfredo Domínguez Muro Alfredo Domínguez Muro Publicado el
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‘Memo’ Ochoa sigue todavía con la mano levantada como si esperara un taxi o un Uber, ahora de moda con esas broncas. 

Dicen que la realidad es que estaba pidiendo al árbitro del Costa Rica–México un fuera de lugar que nunca existió, los off sides (así se dice en inglés futbolero) son cuando el árbitro los marca, con esta chocante costumbre de querer que sea el árbitro el que resuelva todo en lugar de meterse al juego, resolver la jugada y ya después a ver si la marcan o no, pero es mucho pedir querer que el “juez” defina los resultados.

Le hace al ‘Piojo’

Ese reflejo de pedir que el árbitro marque cuando el balón está aún en juego es instintivo, aún a sabiendas de que con esto le entregan la jugada al rival, dándole la oportunidad de terminar y hasta anotar, cuando debería ser totalmente lo opuesto, terminar la jugada y ya luego reclamar.

Miguel Herrera no puede exigirle eso a sus muchachos, nuestro técnico nacional es el primero en tirársele a la yugular al arbitraje cuando pierde.

En Copa América se quejó amargamente del arbitraje en el empate ante Bolivia y la derrota ante Ecuador, sin embargo cuando el árbitro no marcó dos probables penaltis a favor de los chilenos, nuestro “Piojo” hizo mutis. El partido se resuelve en la cancha con lo que hagamos, si el arbitraje influye, pues mala tarde, si hay jugada en desarrollo no se puede entregarle las llaves del zaguán al rival.

Ochoa, el consentido

Aunque “Memo” quiera minimizarlo, la temporada que ha pasado calentando la banca del Málaga lo ha estancado, y ojalá esta súper muestra de confianza que Miguel Herrera y González Iñárritu le han dado, le sirva para levantar su nivel antes de los juegos de la COPA ORO.

Afortunadamente tenemos una tierra que produce harto tequila y muchos porteros, así Miguel Herrera se da el lujo de mandar a Copa América a los dos mejores arqueros mexicanos del momento, José de Jesús Corona y mi tocayo Alfredo Talavera, mientras que a COPA ORO lleva a su consentido “Memo” Ochoa y dos tremendos competidores “Moi” Muñoz y Jonathan Orozco, a los que debería de considerar como eso, competidores y no los reservas de Memo.

Otra vez, Neymar se zafa

El Scratch Du Ouro ha sido echado por la vía de la vergüenza en los dos torneos más importantes del ciclo futbolero. Primero el mundial, su propio Brasil 2014, cuando Alemania les pasa como una aplanadora siete veces seguidas en aquella goleada de la que aún no se reponen. 

Y este sábado en Copa América es Paraguay y su columna vertebral “mexicana” los que terminan por eliminarlos en tandas de penaltis. 

Cierto, no perdieron en el tiempo regular de juego pero quedaron igualmente fuera, mucho tendrá que hacer Dunga, si es que lo sostienen. 

Con una generación muy limitada de talento, quizá la más mala versión del Scratch en toda su lauerada historia de títulos, esta vez Dunga echa mano de algo de jerarquía e historia trayendo al inconsistente de siempre Robinho a la cancha y ni así pudo Brasil con los veteranazos paraguayos.

¿Y su figurón Neymar?  

Una vez más “Brasil pierde, Neymar no” el cuestionadísimo jugador del Barça fue separado de la concentración brasileña en el Mundial por aquella muy extraña y sospechosa lesión en la espalda en el juego ante Colombia, que estuvo a punto de echarlos de Brasil 2014. 

De ahí Brasil fue a enfrentar a Alemania ya sin Neymar, al que extrañaron y lloraron millones de brasileños por no estar en ese juego que de cualquier manera hubieran perdido.

Todos salieron humillados menos Neymar, que así mantuvo su leyenda, esta vez ocurre lo mismo, proporciones guardadas, con la rarísima expulsión que él mismo provoca con indicios “sospechosistas”. Lo echan cuatro juegos, se sale de la concentración prematuramente para concentrarse con sus abogados por las estafas que la justicia reclama en su traspaso.

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