Va en serio

Si a Felipe Calderón le incomoda que el presidente Peña Nieto esté resuelto a que las fuerzas armadas respeten los derechos humanos, es lo de menos. 

Lo importante es que, a pesar de los riesgos que una decisión como esta entraña, el Consejo de la Judicatura Federal informó que siete militares involucrados en los 22 homicidios de Tlatlaya, fueron consignados ante el Juzgado Cuarto de Distrito en procesos penales federales en el Estado de México. 

Los que tengan oídos para escuchar, que escuchen. 

Sin perdón de Dios 

A pesar de que ahora por el Internet aprender cosas es más fácil y no cuesta tanto dinero, muchos no han entendido que el Semanario desde la Fe de la Arquidiócesis de la Ciudad de México no equivale, pero ni remotamente, a L’Osservatore Romano. Por lo tanto afirmar que la Iglesia Católica señala que la izquierda fracasó, es absolutamente falso. 

Y es que no porque al cardenal Norberto Rivera, arzobispo de la diócesis más antigua de México, o alguno de sus colaboradores, pontifique que “han quedado al descubierto los partidos de la falsa izquierda mexicana, que deberían ser los primeros en estar comprometidos con las clases más desfavorecidas y que, sin embargo, son los que más daño le han hecho al país”, eso signifique que sea cierto, y mucho menos que sea la opinión de la Iglesia. 

Toda proporción guardada, no podríamos aceptar que porque a un gobernador se le ocurra salir con domingo 7, eso quiere decir que su opinión sea la del Estado Mexicano.

Si la Izquierda mexicana fracasó, lo veremos en las encuestas primero, y después en las elecciones del próximo año. 

Por lo que toca a la defensa de las clases menos favorecidas, habrá que irse con cuidado, no vaya a ser que la izquierda les haga a los que controlan la Arquidiócesis, que se muerdan la lengua. 

Para poner los pelos de punta

Lo que estuvo como para poner los pelos de punta fue lo que dijo el nuevo gobernador de Guerrero, Rogelio Ortega, en una entrevista. 

Reconoce que tuvo participación activa con las FARC, y que mantiene relaciones en secreto, de las que ni su escolta personal se entera, con algunos grupos de radicales. 

Pero para acabarla de amolar Ortega ya anunció que revisará “con lupa” a los candidatos de los partidos. 

¿Y quién fue el que revisó, siquiera medianamente, los antecedentes de Ortega?