La gran diferencia del Cruz Azul visitando al Cruz Azul, radica en el reglamento de Concacaf.
Toluca tenía que ganar el partido, Cruz Azul el campeonato, para lo que el empate les era suficiente, por el 0-0 de la semana pasada en el Azul, al empate de Toluca, “El Flaco” reacciona, no para jugársela y ganar, sino para sostener el juego y llevarse el título.
El plantel completo de Cruz Azul deberá entregar, justicia pura, el trofeo de Campeón de Concacaf a su presidente Guillermo “Billy” Álvarez, que contra viento y marea, adentro y afuera de la Cooperativa Cruz Azul, ha sostenido la mística de este grupo tan especial, tan compacto, tan unido alrededor del “Flaco”, el gran hacedor de grupos, a quién “Billy” le entrega la estafeta después de la amarga aventura del Hexagonal al lado del ‘Chepo’.
Nadie está seguro
Muy pocos aficionados de la Máquina se sintieron mas cerca del título de Concacaf al minuto 40 del primer tiempo, cuando Mariano Pavone rubrica un jugadón del sorprendente “Marquito” Fabián. Cinco más y al descanso, y aún así los millones de seguidores de Cruz Azul recordaron las muchas finales en las que “SU” equipo ha dejado ir ventajas prácticamente seguras y en la bolsa. De botepronto la final con América, sí, la de los gestos caricaturescos de Miguel Herrera, la misma en la que de último minuto Moisés Muñoz se incorpora para rematar un córner, nadie lo marca, le pega, anota, gol, los jugadores se quedan como flotando incrédulos, de inmediato tiempos extra, penaltis y adiós título.
Cuando los jugadores del Azul reaccionan, ya el América del “Piojo” llevaba dos vueltas olímpicas a la cancha del Azteca.
¡Porterazo! y ‘Marquito’
Las atajadas de nuestro portero nacional fueron vitales, clave, determinantes en el resultado del partido que entrega a la Máquina el título tan largamente anhelado.
Esa sacada al minuto 88 es de antología. Por su parte en cada partido que juega “Marquito” ( ojalá muy pronto se convierta en MARCO) Fabián con la Máquina, es como un exámen extraordinario en la Prepa, para poder presentar el de ingreso a la Universidad.
Lo vemos y cuestionamos con lupa y hasta microscopio, con aquello de que aún hay algunos huecos, no en la mente, sino en la lista de Miguel Herrera rumbo a Brasil 2014.
El “8” azul ha recuperado la alegría por jugar, va, viene, lucha, pone ritmo y pausa, no se tapa, la pide para repartir juego, sus compañeros ya se convencieron de su capacidad innegable puesta, ahora sí, a disposición del equipo, dejando de lado su chocante lucimiento personal. En la jugada del gol que él mismo se fabrica por izquierda, manda un chutazo, quizá tiro, quizá centro, solo “Marquito” lo sabe, y si Pavone llega cerrando a segundo poste es precisamente porque está convencido de la capacidad de su compañero, y así sí que vale la pena acompañarlo honrando el esfuerzo.
Y Thiago de otro lado
Toluca asume riesgos al arranque del segundo tiempo, Thiago, sin duda el mejor Diablo sobre la cancha, había ido y venido una y otra vez, parece que trae pulmones de repuesto.
Llega Toluca con convicción un par de veces, hasta que en un tira-tira el recién ingresado “Pájaro” Benitez recibe en el costado izquierdo del área y casi sin ángulo fusila a nuestro portero nacional José de Jesús Corona, era el 1-1 a 30 minutos del final.
La reacción del “Flaco” Tena no se hace esperar, saca a Mauro Formica que había pasado inadvertido una buena parte del juego, para meter al eterno “Chaco”, que con su ímpetu a cuestas, busca el control de la pelota que durante el segundo tiempo fue propiedad del local Toluca.
Cruz Azul jugaba al extraño reglamento del torneo que incluso en la final sostiene el criterio del gol de visitante. La Máquina lo hace primero obligando a Toluca a ir al menos por dos. En el empate rojo, Cruz Azul tenía el control de la eliminatoria y los de Tena tuvieron la frialdad y oficio, cancheros dirían los argentinos, para alzar el trofeo que les quita más changos de la espalda después del título de Copa.