Y como publican por ahí en algunas redes sociales, ya saben que para esto nos pintamos solos y de pronto hasta de las tragedias hacemos bromas, esto no es tanta tragedia, pero por lo pronto el que Aquivaldo Mosquera haya volado el penalti como lo hizo, ya hay quien dice que le bajaron las armas nucleares a Corea del Norte, que no se preocupen los gringos, porque ya tenemos quien pueda derribar los misiles, y como estas muchas más. El penalti anotado por el “Chaco” Giménez, líder de la Máquina, los coloca en la mismísima final, mientras que por el otro lado “Mí Atlante”, que lo único que venía haciendo en los últimos torneos era dar lástima, alcanza inesperadamente la final de la Copa MX en algo así como:
El burro que tocó la flauta
Como en aquel viejo cuento en donde un mercader llevaba a su burro a la plaza del pueblo y éste se encuentra tirada una flauta, por casualidad le sopla y produce una melodía, entonces el hombre quiere hacer negocio vendiendo a un burro que toca la flauta, alguien se lo compra y después persigue a pedradas al mercader por haberlo engañado, el burro había tocado la flauta solo una vez.
Así “mi Atlante”, hoy sin duda el peor equipo del torneo, y sigo asegurando lo que he venido comentando en todos mis espacios y en mi propio Twitter @adominguezmuro, un poco en broma y un mucho de coraje, este es el peor Atlante que he visto de siempre, y mire que me ha tocado padecer nuestros dos viajes a la Segunda División. La directiva atlantista se esconde en la fácil al señalar que la filosofía de su equipo es producir jugadores jóvenes para venderlos y traer talento sudamericano barato para revenderlo más caro. Este conformismo con una tendencia absoluta a la mediocridad es lo que tiene hoy al Atlante con Daniel Guzmán al frente, sintiendo el calor de la lumbre del infierno después de perder la poca ventaja en puntos que tenía sobre los coleros al arrancar este par de torneos.
El porcentaje del Atlante cada vez se pinta más de focos rojos y no le veo la solución al peor equipo del torneo, sin embargo como “el burro que tocó la flauta” está en la final de la Copa MX, que no le va a servir de mucho porque esto no cuenta para nada, ni en el porcentaje, ni en los puntos para seguir siendo considerado el más malo de todos.
Pero al fin y al cabo es una final
Cuyo resultado sería una autentica mentira para el técnico y los directivos en caso de salir ganando, porque este triunfo haría que se pensara que el equipo va por buen camino cuando la realidad es que tanto José Antonio García como Miguel Ángel Couchonal saben mucho de estos trotes y hoy ya no engañan a nadie. No se puede tener un equipo de futbol de Primera División sin una inversión racional y abundante, lo que generaría buenos patrocinios, mejores entradas y mayor espectáculo, pero el Atlante se ha equivocado de cabo a rabo, de entrada poniendo todos sus partidos en televisión restringida, irónicamente el equipo del pueblo es el que más lejos está del alcance de los bolsillos del propio pueblo, porque para verlo jugar hay que pagar, aun así le alcanza para estar en la final y a nosotros sus aficionados y fanáticos de toda la vida, un ratito de felicidad en medio de las tormentas que se avecinan.
La máquina que pita
Curiosamente Cruz Azul alcanza la final de la Copa MX en el peor momento de muchos torneos, dando tumbos, con mucha incertidumbre, habiendo perdido la brújula en partidos calve como el de hace un par de semanas donde el América no sólo los goleó, sino los humilló, aun así les alcanzó en la tanda de penaltis para meterse a la gran final de la Copa MX, lo que seguramente le generará a los de azul una buena dosis de confianza en ellos mismos, que mucha falta les hacía, para poder proyectarse, porque todavía hay tiempo, hacia la Liguilla del futbol mexicano y por qué no, pensar en cosas más grandes, aquí hay plantel, recursos y oficio, falta meterle corazón, sentimiento y convicción en una comunión que no existe entre Memo Vázquez, su cuerpo técnico y los jugadores.
Van por el segundo lugar
Llegan los dos equipos en tan mal momento que me atrevería a decir que los dos podrían empatar para no ganar y llevarse entonces dos trofeos de segundo lugar al no haber méritos para ser campeón. Y si en tono de broma nos vamos, por un lado “Mi Atlante” que hace mucho que no da satisfacciones sino puras vergüenzas, y por el otro el Cruz Azul que desde hace 15 años no gana un título ni en la escuela nocturna y que se ha convertido en el eterno segundo lugar de las finales que ha alcanzado, de siete finales desde que fue campeón ha perdido cuatro en la Liga, dos en la Concachampions y una en Libertadores, aunque de todos estos me quedo con esa pincelada de la Máquina que llenó el Azteca con Paco Palencia por delante para ganarle a River y catapultarse hasta la mismísima bombonera del Boca Juniors, y ahí ganarles para perder después en los famosos y malditos penaltis. Esa es la final más grande que ha jugado Cruz Azul y que perdió por un pedacito. Pero bien visto, un triunfo de la Máquina rompería no solo estas sinergias sino la malaria, lo salado, la maldición, los fantasmas y todo lo que significa llegar a una final y no ganarla porque es la costumbre de Cruz Azul.
Así las cosas pues, me quedaría con un buen veredicto: los dos llegaron tan mal que ninguno pudo ganar y se quedaron con el segundo lugar… Así de fácil.