Voto por voto
Nuevamente Andrés Manuel López Obrador está pidiendo el recuento de votos. Con razón, o sin ella, el candidato del Movimiento Progresista exige al IFE que se abran todas las urnas para saber por quién sufragó la gente el pasado domingo.
Y pese a todo, él está en su derecho de pedir lo que considere conveniente para su causa. Y debe hacerlo apegado a la ley y apegado a las instituciones, como es el caso del IFE.
Redes de PoderNuevamente Andrés Manuel López Obrador está pidiendo el recuento de votos. Con razón, o sin ella, el candidato del Movimiento Progresista exige al IFE que se abran todas las urnas para saber por quién sufragó la gente el pasado domingo.
Y pese a todo, él está en su derecho de pedir lo que considere conveniente para su causa. Y debe hacerlo apegado a la ley y apegado a las instituciones, como es el caso del IFE.
Andrés Manuel está obligado a cuidar la forma en que llama a defender el voto y usar cada palabra en su forma justa, de manera que no altere a sus seguidores y se desencadenen actos que violenten la ley.
Es relevante el hecho de que tanto el lunes como ayer, el candidato del Movimiento Progresista fuera acompañado por los tres presidentes de los partidos que lo postularon a la Presidencia de la República, lo que demuestra un apoyo significativo en medio de este proceso.
Ahí estuvieron, dando el espaldarazo al tabasqueño, Jesús Zambrano, del PRD; Alberto Anaya, del PT, y Luis Walton, de Movimiento Ciudadano. También apareció en escena el coordinador de la campaña, el zacatecano Ricardo Monreal.
Ahora bien, varias preguntas saltan a la palestra:
¿Qué hará López Obrador si no logra que las autoridades abran los paquetes electorales para hacer el conteo voto por voto? ¿De qué manera va a protestar esta vez? ¿Tendrá la posibilidad legal de solicitar que se anule la elección?
Habrá que estar pendientes de lo que suceda en las próximas horas.
Resignación azul
Mientras que los de la izquierda se disponen a dar la batalla, los panistas lucen completamente resignados.
Ayer se reunieron con el presidente Felipe Calderón la candidata Josefina Vázquez Mota, el aún líder blanquiazul Gustavo Madero y el (des) coordinador de la campaña Roberto Gil Zuarth.
También estuvieron los gobernadores de Sonora, Guillermo Padrés, y Morelos, Marco Adame. Destacó la asistencia de Diego Fernández de Cevallos y del secretario de Gobernación Alejandro Poiré.
Todo parece indicar que Josefina buscará ahora la Presidencia del PAN, y para eso fue, en parte, la reunión de ayer en Los Pinos. Una demostración de unidad, quizá.
Lo que aún causa admiración es la rapidez con que los panistas aceptaron la derrota: solo media hora después de que fueron cerradas las casillas. Y no se puede pasar por alto el llamado que hicieron para que AMLO también la reconociera.
Para algunos conocedores de estos temas, la explicación es sencilla: el sistema se movió rápidamente para lograr la validación inmediata de la elección y dar vuelta a la hoja.
Bombazo en Ciudad Victoria
Nuevamente la violencia estremece al territorio tamaulipeco. Ahora con dos muertos y siete heridos. Es lamentable, desde cualquier punto de vista, el asesinato de dos guardias que estaban al servicio del secretario de Seguridad Pública del Estado.
La forma cobarde en que se cometió este atentado, con un coche-bomba, no tiene justificación alguna, ya que además de los policías muertos y lesionados, hubo tres víctimas civiles.
Es obvio que los asesinos sabían lo que hacían, porque se fueron directamente contra el círculo íntimo de Rafael Lomelí Martínez, el titular de Seguridad. Los dos policías muertos formaban parte de su equipo más cercano, y no tuvieron tiempo para reaccionar.
Algunas fuentes de inteligencia aseguran que este ataque forma parte de una estrategia mucho más amplia de Los Zetas, que abarca desde aspectos electorales hasta desafíos evidentes a la autoridad.
Un factor que destaca es que 60 por ciento de los panistas que ganaron los comicios en Tamaulipas no hicieron campaña, y ese triunfo fue operado por la organización criminal.
Así, los resultados de las elecciones del domingo fueron una consecuencia directa de la operación territorial realizada por Los Zetas. Y, al mismo tiempo, lanzaron una advertencia a los del Golfo: que ellos pueden manejar a su conveniencia la situación política en la entidad.
Por otro lado, el ataque contra el secretario Rafael Lomelí Martínez fue una advertencia a la autoridad –y de paso a los cárteles de Sinaloa y del Golfo– de que tienen capacidad para hacer lo que quieran y cuando lo consideren oportuno.
Es evidente que el gobernador Egidio Torre Cantú no puede solo con esta situación. Necesita el apoyo federal porque la escalada de acciones violentas sigue creciendo sin que se le pueda hacer frente.
El gobierno federal tiene la palabra.