¿Y el fraude en Oceanografía…?

Como observador de la política nacional me llama la atención que un fraude tan escandaloso como el de Oceanografía que sacudió a la sociedad mexicana y el mundillo político, con el paso del tiempo haya venido desapareciendo de las primeras planas de los periódicos hasta extraviarse de la lupa de los más acuciosos columnistas saturados de información financiera.

Francisco Martín Moreno Francisco Martín Moreno Publicado el
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Como observador de la política nacional me llama la atención que un fraude tan escandaloso como el de Oceanografía que sacudió a la sociedad mexicana y el mundillo político, con el paso del tiempo haya venido desapareciendo de las primeras planas de los periódicos hasta extraviarse de la lupa de los más acuciosos columnistas saturados de información financiera.

¿Por qué razón si se cometió un nuevo fraude en contra de Pemex, la supuesta empresa propiedad de todos los mexicanos, la misma que no ha sido más que un apetitoso botín de los políticos mexicanos a partir de la expropiación petrolera, por qué del estruendoso escándalo pasamos gradualmente al silencio total?

Ahí están de nueva cuenta las declaraciones de los encargados de la impartición de justicia en México: “Se llegará hasta sus últimas consecuencias, caiga quien caiga, pero este nuevo crimen perpetrado en contra de México no quedará impune…” “El Congreso de la Unión creará una nueva comisión pentapartita para dar con los responsables de este gigantesco desfalco”. “Nadie puede disponer en su propio interés del sagrado patrimonio de la nación que invariablemente permanecerá inaccesible ante los delincuentes de cuello blanco que pretenden lucrar con los bienes públicos”. “Aplicaremos todo el peso de la ley en contra de los funcionarios o de los empresarios que dispusieron indebidamente de los ahorros de los mexicanos”. “México dejará de ser el país corrompido que se conoce en el exterior: ningún delincuente escapará a la mano de la justicia invariablemente ciega…” Y bla, bla y bla y otro bla… ¡Ja!

Cuando los noticieros de radio y televisión; cuando las primeras planas de todos los periódicos; cuando las portadas de las revistas mexicanas no dejaban de hablar del oprobioso delito cometido por los directivos de Oceanografía coludidos con empresarios federales y con banqueros de instituciones privadas; cuando se descubrió que igualmente defraudaban al fisco y exhibían al mundo entero su riqueza mal habida; cuando la sociedad mexicana enardecida por haber descubierto otro destino indebido de los impuestos pagados por los contribuyentes nacionales y se sentía otra vez estafada; cuando se esperaba que la justicia tronara las vértebras cervicales de los delincuentes que habían defraudado a los intereses sagrados de la nación, entonces, de la misma manera en que cae lentamente la noche y los objetos son cubiertos por el manto nocturno, así se olvidó nuevamente este asunto tan delicado en que los mexicanos nos volvimos a ver a las caras sin ocultar nuestra sorpresa inaudita.

Cabe preguntarse si la repentina aparición del fraude de Oceanografía en el que surgía implicado Fox y su familia, así como el expresidente Calderón y una cáfila de bandidos que lo rodeaban, tenía por objetivo mostrar el mandoble afilado de la justicia si es que no dejaban de intervenir en los asuntos de la actual administración. En resumen y entre líneas: o se callan y se abstienen de intervenir en la marcha del gobierno actual o prepárense para sentir en sus carnes flácidas el filo de la hoja de la espada presidencial. 

No es de extrañar que tanto Fox como Calderón estén tan callados después de que surgió la noticia de los desfalcos de Oceanografía. Curioso, ¿no…? Después de todo no puedo dejar de ser novelista…

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