Por esta razón a pesar de su ventaja de 11-1, bastante cómoda en su División y en la Conferencia, viajaron los Texanos en busca de un elemento que todavía no consiguen y que solo se logra a base de resultados…
El respeto
Por ahí algunos de los jugadores texanos han señalado en varias ocasiones que más que necesitar, exigen a la Liga, pero sobre todo a los medios de comunicación, el respeto y la credibilidad para una franquicia que ha ido creciendo con mucha inteligencia alrededor del coach Gary Kubiak, este que fuera un quarterback promedio en la NFL y que supo amalgamar dentro de su cuerpo de entrenadores a varios ex jugadores, le diría que a varios cerebros y conocedores de cada uno de los rubros. Y el ejemplo más importante es haber traído a Wade Phillips que no había funcionado como, entrenador en jefe en Denver y después en Dallas. Cuando se queda sin chamba lo llaman para ser coordinador defensivo y con humildad decide bajar un escalón, éste al que muchos consideramos el mejor cerebro defensivo de la NFL.
Y con estas credenciales y con su equipo sano, Gary Kubiak llegó a Nueva Inglaterra a enfrentar a los Patriotas de Tom Brady, que además ha recuperado en Aarón Hernández su gran receptor y que sin lesiones importantes ha logrado colocarse ya en la antesala de los juegos de campeonato, sin embargo…
El ‘Quitarrisas’
Las tres primeras ofensivas de los Patriotas se fueron directo al marcador en anotaciones de touchdown. Fue una lección de cómo jugar futbol americano con 5, 6 y hasta 7 receptores diferentes, con un balance de algunas carreras y el mismo Tom Brady corriendo el balón para ponerse 21-0 prácticamente arrancando el segundo cuarto y teniendo el partido ahí en la bolsa.
Lo único que habría que hacer era sostenerlo y buscar jugadas sorpresas con las que encontraron hasta 42 por solamente 14 de los Texanos, que cuando pudo regresar al partido ya no había posibilidad de alcanzar en el marcador.
Derrotas que enseñan
Sin duda esta es una dolorosa paliza, pero afortunadamente para los Texanos se da a tiempo en la temporada regular, y aquí no significa el quedar eliminados cuando estamos ya de cara a los playoffs.
Esta es una franquicia nueva que requiere de la experiencia, pero más que esto de la tradición y la leyenda que sí tienen los Patriotas, los más ganadores de los últimos 10 años y que Houston está buscando con ese factor tan especial y voluble que se llama respeto, que genera además la confianza en sí mismos, que hoy por lo pronto parecen haber perdido y habrá que encontrarla al recuperar los pedacitos del rompecabezas en las próximas tres jornadas, dos de las cuales son tremendamente difíciles.
El reto de los Potros
Indianápolis con Andrew Luck, la primera selección colegial surgido de Stanford apenas en abril pasado, le ha dado la vuelta a esta franquicia que requería confianza en su mariscal de campo y así con Andrew Luck en los mandos, el equipo está en la antesala de los playoffs.
Hay dos partidos, así lo puso el calendario, entre los Texanos y los Potros, uno obviamente en Houston y el otro en Indianápolis, de los tres juegos que le quedan a estos dos equipos tendrán ese doble enfrentamiento en donde se definirá la División que parecía tener en la bolsa el equipo de los Texanos. Es el momento para los de Gary Kubiak de demostrar y mostrar que pueden merecer el respeto y las revanchas llegan muy pronto, porque los playoffs están ya a menos de un mes, prácticamente a la vuelta de la esquina… Así de fácil.