La ciencia no deja de sorprendernos. Cada día se dan a conocer cambios en la historia que modifican los libros escritos sobre el paso de la humanidad, lo que indica que la última palabra aún no está dicha.
En 2012, un niño de 12 años descubrió cerca de un despeñadero en el área de Sopochnaya, Rusia, parte de un hueso que se asomaba en la tierra, y quién fuera a imaginar que debajo de ese suceso aparentemente sin importancia se escondería un cadáver de mamut que vendría a traer nuevas respuestas al hombre.
Tras analizar el espécimen en la Academia Rusa de Ciencias de San Petersburgo, y realizar distintas pruebas de laboratorio, se determinó que el cuerpo del animal murió aproximadamente a los 15 años de edad, pero no fue por causas naturales.
El mamut encontrado en la Siberia mostró heridas cutáneas que bien pudieron haber sido hechas por lanzas fabricadas con pedernales o marfil, lo cual comprueba que el mamífero fue atacado por el hombre.
Este descubrimiento adelanta el paso del ser humano en la Tierra, ya que se estimó a través del método de datación por radiocarbono, que el mamut murió hace 45 mil años, lo que marca un desfase de 10 mil años en respecto a las evidencias conocidas de las primeras presencias humanas en la región ártica.
Reescribiendo la historia
El arqueólogo Vladimir Pitulko, quien está afiliado al Instituto de Historia de la Cultura Materal –en la Academia de Ciencias de Rusia– ubicada en San Petersburgo, llevó a cabo la excavación en sitio del espécimen junto con la dirección de Alexei Tikhonov.
Ante las heridas que presenta el animal de la Era de Hielo, Pitulko expresó a la revista Science que “este es un raro caso de evidencia inequívoca del envolvimiento humano”.
Este redescubrimiento en la historia ha hecho que investigadores se interesen en querer volver al lugar e indagar en más pruebas fehacientes. Por lo pronto, el cadáver ha dejado en claro que “sobrevivir en esas latitudes requiere de una tecnología altamente especializada y la cooperación extrema”, indicó a la publicación mencionada Curtis Marean, paleoantropólogo de la Universidad del Estado de Arizona.
“Si estos cazadores pudieron sobrevivir en el Círculo Ártico hace 45 mil años, pudieron haber vivido virtualmente en cualquier parte del planeta”, agregó también el arqueólogo de la Universidad de Texas A&M, Ted Goebel, al portal Science.
Y es que “10 mil años” se lee rápido pero, si analizamos a profundidad, este periodo de tiempo es poco más del doble de todo el registro conocido desde el antiguo Egipto a la era actual.
¿Acaso desde entonces ya se habían comunicado nuestros ancestros a través del Estrecho de Bering? ¿Esclarecerá este descubrimiento más sobre el avance en las civilizaciones?
Así, lo único que queda como moraleja clara al momento es que la historia aún sigue reescribiéndose.