100 años de Paz

Hijo de un general revolucionario, zapatista, y nieto de otro, porfirista, Octavio Paz nació el 31 de marzo de 1914. Murió  en 1998, ocho años después de haber sido reconocido con el premio Nobel de Literatura.   

Este año se cumple el centenario de su nacimiento y es el motivo por el que México se vuelca a rendir homenaje a quien fue orgullo nacional, gran escritor, crítico de los gobernantes y un controvertido diplomático que no dudó en enfrentar presidentes, o a gobiernos enteros  si  la política marchaba hacía la represión o el autoritarismo. 

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Hijo de un general revolucionario, zapatista, y nieto de otro, porfirista, Octavio Paz nació el 31 de marzo de 1914. Murió  en 1998, ocho años después de haber sido reconocido con el premio Nobel de Literatura.   

Este año se cumple el centenario de su nacimiento y es el motivo por el que México se vuelca a rendir homenaje a quien fue orgullo nacional, gran escritor, crítico de los gobernantes y un controvertido diplomático que no dudó en enfrentar presidentes, o a gobiernos enteros  si  la política marchaba hacía la represión o el autoritarismo. 

Su niñez trascurrió en Mixcoac, antes un pueblo que se adjuntó al Distrito Federal,  rodeado de ideas políticas que se anteponían y a la vez lo ilustraban y le daban una observación acuciosa en la perspectiva del por qué y quién moldeó al mexicano. 

Estas observaciones, conclusiones e ideas, Paz las plasmó en su reconocido ensayo “El  laberinto de la soledad” que marcó un antes y después en la sociología del mexicano y el conocimiento del mismo. 

En un lenguaje claro el poeta profundizó en el complejo de la Malinche, en la transformación de “La chingada” y en la característica agachona del mexicano golpeado, humillado y maltratado por la herencia hispánica que dejó una marca perpetua de los colonizadores en el carácter y proceder del mexicano.  

Su abuelo Irineo 

Octavio Paz nació durante la Revolución Mexicana. Su padre estuvo ausente muchos años con trabajos relacionados con la lucha revolucionaria.  Como delegado, a veces, o como mensajero en otras. 

A Octavio Paz lo cuidaron su madre, Josefina Lozano, su tía Amalia Paz Solórzano y su abuelo paterno Irineo Paz, porfirista, intelectual y luchador político que muere en 1924. La influencia de su abuelo fue decisiva en sus ideas liberales, su sentido de observación y su juicio de la historia. 

Su padre, Octavio Paz Solórzano, murió en 1936, involucrado en la reforma agraria que siguió a la Revolución, fue diputado y vivió lejos. 

Después de la muerte de su padre, Paz se fue a España para combatir con los republicanos durante la guerra civil. Participó en la Alianza de Intelectuales Antifascistas. Entonces ya empezaba a escribir. 

Trabajando en las misiones educativas de Lázaro Cárdenas comenzó a publicar sus primeros libros. Estuvo casado con Elena Garro de 1938 a 1959, con quien tuvo su única hija, Laura Helena.

Garro fue una de las escritoras mexicanas más reconocidas de su generación, sin embargo creció intelectualmente a la sombra de Paz y en la paranoia de problemas mentales. Vivió en el exilio y ya después de muerto Octavio Paz continúo reclamando, junto con su hija, por una herencia que decían, nunca llegó a ellas. 

En 1959 se unió a Bona Tibertelli de Pisis, hasta 1965, mientras era embajador de México en la India. 

Al año siguiente contrajo matrimonio con Marie José Tramini, su compañera hasta el final y quien administra actualmente la fundación Octavio Paz, que incluye la propiedad de sus manuscritos y derechos de autor de sus libros. 

Su proceder fue ejemplo de congruencia cuando era embajador de México en Francia, en 1968, e hizo una sonada renuncia que recriminaba la represión de 1968 sobre los estudiantes en Tlatelolco. Públicamente condenó al presidente Díaz Ordaz y dejó el servicio exterior mexicano para siempre. 

Su obra ha sido reconocida en todo el mundo, y es referencia bibliográfica del carácter mexicano y el análisis del comportamiento del mismo. 

En 1990 se convirtió en el único mexicano en recibir el premio Nobel de Literatura y su vida se llenó de elogios, reconocimientos, homenajes e invitaciones a todo el mundo para dar conferencias. 

A su muerte en 1998 inició una controversia por el manejo de su fundación y la ayuda que clamaban su exesposa Elena Garro, supuestamente sumida en la pobreza, y su hija Helena, que hasta estos días, ya una anciana, sigue manifestándose contra la injusticia de no haber recibido herencia alguna de su padre, en lo que juzga una manipulación de su última esposa, quien administra bienes materiales del gran escritor mexicano. 

Su legado intelectual, invaluable, es de México y del mundo. A 100 años de su nacimiento y 16 de haber partido, Octavio Paz… descansa en Paz.

Libros que marcaron a México 

Octavio Paz fue autor de libros fundamentales para conocer la cultura mexicana. Ensayos, poesía, y mucho análisis político marcaron su obra reconocida con el Nobel de Literatura en 1990, ocho años antes de su muerte en 1998, cuando tenía 84 años. Estos son algunos de sus libros más significativos:

‘El laberinto de la soledad’

Es uno de los ensayos sobre la idiosincrasia mexicana más reconocidos en México y en el mundo. Lo publicó en 1950 por primera vez,  y posteriormente con el añadido “Postdata” en 1969. El escritor mexicano realiza en este texto un análisis de la identidad del mexicano en un análisis del mestizaje y la herencia de España en el carácter, traumas, reacciones y temperamento de “los hijos de la Malinche”. 

‘Piedra de sol’

Publicado en 1960, es un gran poema que podría ser la síntesis de sus perspectivas de la cultura nacional. De nuevo la influencia hispánica en una innovadora técnica. Su inteligencia se vuelve casi propiedad nacional a partir de este libro que une a la crítica y a todos los grupos de intelectuales sobre la supremacía de Paz en el panorama intelectual mexicano.  

‘Libertad bajo palabra’

Publicado en 1960, compila algunos de sus mejores poemas escritos entre 1935 y 1957. Una reflexión de la causa de su poesía. La trayectoria de su vida, influencias, los porqués de su vida y la consecuencia de su obra. También, el tema sociológico y sus ideas políticas están en este texto. 

‘Las trampas de la fe’

Ya siendo una figura reconocida mundialmente como un hombre de ideas, ideologías y sublime obra poética,  Paz publica en 1982 este libro que analiza la herencia de la monja mexicana Sor Juana Inés de la Cruz. Una excusa también para volver a sus teorías del “Laberinto…” y hablar de las castas del México colonial y la condición de criolla de Sor Juana. Muchos consideran que este juicio, ensayo histórico y literario de la gran poeta mexicana, es un parte aguas en el estudio de su obra, y su persona.  

‘Los hijos del limo’

Publicado en 1974, es una de sus obras poéticas más influyentes y reconocidas como una innovación. Historia, su obsesión temática, y poesía en la forma que manejó magistralmente lo que sería un recorrido por la creación poética de esos tiempos. 

‘El ogro filantrópico’

En agosto de 1978 publica en la revista Vuelta un ensayo titulado El ogro filantrópico, análisis político que recorre la historia mexicana.

Un año después se publica con el mismo título “El ogro filantrópico”, en el que reúne varios ensayos políticos sobre el Estado mexicano: “Un amo más terrible que los viejos tiranos y déspotas. Un amo sin rostro, desalmado y que obra no como un demonio sino como una máquina…”.

Plural y Vuelta

Octavio Paz fundó dos revistas imprescindibles en el crecimiento intelectual y político nacional.  Plural (1971-1976) y Vuelta (1976-1998) analizaban el panorama cultural mexicano y daban espacios a la poesía, la crítica literaria, la filosofía y el ensayo de una generación de jóvenes que trascendieron a Paz en su aportación a las ideas y la creación literaria. Ahí se formó una generación de productores artísticos y de pensadores. 

Plural fue parte de la historia desde que siguieron a Julio Scherer tras la salida de Excélsior en 1976,  por lo que decidieron dejar de publicarla. Vuelta fue el regreso y murió junto con el poeta, en 1998. Ya con identidad propia, pero siguiendo la misma escuela, nace más tarde Letras Libres, la sucesora de las ideas y la enseñanza de Paz en la cultura nacional. 

 

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