71 años sin José Clemente Orozco, el muralista del cambio social

José Clemente Orozco, uno de los Tres Grandes con David Alfaro Siqueiros y Diego Rivera, es recordado por sus pinturas, dibujos y acuarelas, pero sobre todo por sus murales

José Clemente Orozco, uno de los Tres Grandes con David Alfaro Siqueiros y Diego Rivera, es recordado por sus pinturas, dibujos y acuarelas, pero sobre todo por sus murales.

José Clemente Ángel Orozco Flores nació el 23 de noviembre de 1883 en Zapotlán el Grande, hoy Ciudad Guzmán. Su familia lo llevó a Guadalajara cuando tenía sólo dos años.

Llegó a la Ciudad de México a los 7 años, y más tarde fue inscrito en la Escuela Anexa a la Normal de Maestros, lugar cercano a la imprenta donde trabajaba José Guadalupe Posada, el autor de la Catrina.

Tiempo después decidió inscribirse en la Academia de Bellas Artes de San Carlos para tomar clases nocturnas de dibujo; a los 14, su familia lo envió a estudiar a la Escuela Nacional de Agricultura en San Jacinto, lugar donde obtuvo sus primeros ahorros dibujando mapas topográficos.

Fue hasta 1909 que decidió entregarse por completo a la pintura: de 1911 a 1916 colaboró como caricaturista e hizo una serie de acuarelas ambientadas en barrios de la Ciudad de México.

Colaboró en “El Ahuizote” y “El Imparcial” como caricaturista. En 1913 trabajó en La Malora como director y en 1915 en La Vanguardia.

José Clemente Orozco tuvo tres hijos con Margarita Valladares. Su primera exposición individual la consiguió en 1916, en la librería Biblos.

En 1922, se unió al sindicato de pintores y escultores con Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros: el objetivo fue revivir el muralismo, movimiento que tenía una tendencia nacionalista y popular.

En contraste con Rivera y Alfaro, Orozco se interesó más por los valores universales y sin insistir tanto en los nacionales, pero nunca abandonó el aspecto indígena y precolombino en su obra.

En 1926 inició su primera gran obra en los murales en San Ildelfonso, que, sin embargo, dejó sin acabar para ocuparse de otros trabajos.

Recibió el Premio Nacional de Bellas Artes en 1946; un año después realizaría su primer trabajo exterior en la Escuela Nacional de Maestros, titulada “El pueblo se acerca a las puertas de la escuela”.

José Clemento Orozco falleció el 7 de septiembre de 1949, en la Ciudad de México, mientras trabajaba en los primeros trazos de un mural. Su cuerpo fue sepultado en la Rotonda de las Personas Ilustres.

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