Una de las mayores amenazas de la humanidad, el calentamiento global, está más presente que nunca entre las sociedades mundiales, acechando su paz y esperando el momento justo para terminar con su hábitat. A menos de que se haga algo al respecto. Hace tres años se creó el Acuerdo de París, un convenio en el que diferentes Estados acordaron evitar que el calentamiento global superara los 1.5º C. Sin embargo, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) anunció este martes que tal vez esa meta no sea posible.
De acuerdo con el Informe Anual de Brecha de Emisiones del PNUMA, a menos de que las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero caigan un 7.6 por ciento cada año entre 2020 y 2030, el mundo no alcanzará el objetivo de limitar el calentamiento global a 1.5° C. Esto quiere decir que la ambición colectiva que integra el Acuerdo de París debe aumentar más de cinco veces sobre los niveles actuales para lograr los recortes necesarios durante la próxima década.
“Estamos avanzando hacia un calentamiento de 3 a 5 grados Celsius para fines de este siglo en lugar de 1.5 a 2, que era el objetivo de París”, aseguró el director de la Organización Meteorológica Mundial, Petteri Talas, durante la presentación del Informe Anual de Brecha de Emisiones del PNUMA, en Ginebra.
En el Informe se asegura que 2020 es un año crítico para la acción climática. En la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático en Glasgow, Escocia (COP 26), se espera determinar el curso futuro de los esfuerzos para evitar la crisis y que los países intensifiquen significativamente sus compromisos climáticos.
El riesgo de superar los 1.5ºC
El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) advirtió que ir más allá de 1.5° C aumentará la frecuencia e intensidad de los impactos climáticos, como las olas de calor y las tormentas en todo el mundo en los últimos años.
“Al llegar a los dos grados prácticamente todos los arrecifes de coral desaparecerán; los insectos que necesitamos para la polinización se verán afectados y es probable que perdamos hábitats masivos (…) El principal impacto hasta ahora y para fines de este siglo proviene de los cambios en los patrones de lluvia, incluso ya hemos comenzado a ver que algunas de las regiones se vuelven más secas, especialmente África y algunas partes de Asia y de América”, aseguró Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA.
El PNUMA enfatizó que, a corto plazo, los países desarrollados tienen que reducir sus emisiones más rápido que los países en desarrollo, por razones de equidad, y porque el Acuerdo establece que las naciones de bajos ingresos aún pueden aumentar las emisiones para impulsar su economía