¿Adopción homoparental? Sí.
México es el segundo país más homofóbico del mundo después de Brasil. Al menos hay 65 casos por año, cinco al mes y uno por semana contra homosexuales, lesbianas, bisexuales y transexuales
Mariana ColmenaresUna familia homoparental es aquella en la que una pareja de hombres o mujeres se convierten en progenitores de uno o más niños. Las parejas homoparentales pueden ser padres o madres a través de la adopción, de la maternidad subrogada o de la inseminación artificial (en caso de las mujeres). En el censo de los Estados Unidos de 2000, 33 por ciento de las familias compuestas por parejas de mujeres y 22 por ciento de las compuestas por parejas de hombres informaron tener por lo menos un hijo menor de 18 años viviendo en su casa.
Es un tema delicado que genera discusión enfocada en el “bienestar” de los hijos. Muchas personas piensan que esta situación puede afectarlos de alguna manera en su crecimiento sin embargo, de acuerdo con la Asociación Estadounidense de Psicología (APA, por sus siglas en inglés). Un informe reciente que evalúa numerosos estudios psicológicos y psiquiátricos concernientes al tema, dicen que no hay evidencia de que la adopción por parte de parejas homoparentales sea dañina para los niños. En realidad, el estudio arroja que no hay diferencias sustanciales entre el desarrollo de los niños con padres del mismo sexo y el de los hijos de parejas heterosexuales. La información no es nueva: un reporte del Seminario de Ética y Bioética de la UNAM menciona que no hay razones objetivas para conjeturar riesgos para los niños educados por parejas homoparentales. Sin embargo, los prejuicios y temores persisten.
Los principales argumentos apelan que los niños sufrirán discriminación en la escuela por tener padres del mismo sexo. La realidad es que los niños pueden ser malos, sin importar que los compañeros vengan de una familia con dos mamás o dos papás. El bullying existe para los niños ricos, pobres, asiáticos, de papás heterosexuales y para los niños por ser niños, sin una razón justificable.
Entonces, la justicia debería de traducirse en asegurar el bienestar infantil. Un niño necesita amor para crecer, estar completo, sentirse seguro, vivir. El apoyo emocional es igualmente vital. El amor es cuidado y el cuidado puede ser proporcionado por uno o muchos seres humanos sin importar quiénes sean.
Sin embargo, no podemos olvidar que México es el segundo país más homofóbico del mundo después de Brasil. Al menos en el país o hay 65 casos por año, cinco al mes y al menos uno a la semana de agresiones contra homosexuales, lesbianas, bisexuales, transexuales. Es importante este dato para tomar en cuenta que hay otra creencia por la que se está en contra de la adopción homoparental y es que se cree que la identidad sexual del niño puede resultar ‘dañada’ debido a la preferencia de sus padres o bien que la estabilidad y salud mental del infante será dañada por la preferencia de sus padres. Y hay un miedo, una creencia particularmente preocupante: ¿los niños educa dos por padres o madres homosexuales son más vulnerables al abuso sexual por parte de sus tutores o los amigos de estos?
En los estudios evaluados por Asociación Estadounidense de Psicología todos los niños estudiados, hijos de padres homosexuales, estaban contentos con su género y no tenían deseo de pertenecer al sexo opuesto. Por otro lado, en cuanto a roles culturales de género, no se encontraron variaciones entre hijos de madres homosexuales y heterosexuales: todos ellos poseen las mismas preferencias de juguetes, actividades y ocupaciones. Además, los datos no sugieren índices elevados de homosexualidad entre los descendientes de padres y madres homosexuales.
Ahora bien, ¿los hijos de homosexuales son más vulnerables al abuso sexual infantil? Es preciso mencionar, primero, que la evidencia muestra que los homosexuales no son más proclives al acto pederasta que los heterosexuales. El prejuicio del homosexual necesariamente pederasta es uno de los más agresivos que hay contra esta comunidad. Los estudios, por su parte, no han encontrado muestras de que padres o madres homosexuales hayan participado en actos de abuso sexual infantil.
No hay evidencia que sugiera que hombres y mujeres homosexuales sean incapaces de ser buenos padres. De hecho, lo que se muestra es que no hay diferencias radicales entre sus formas de crianza y las de los padres heterosexuales. La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) descartan el impacto negativo en el desarrollo de los niños adoptados por parejas homosexuales, además de que aseguran que no se violan los derechos de los menores y garantizan la igualdad de acceso a las familias homoparentales.
La conclusión es que la adopción es un tema muy delicado. Quien está a cargo del proceso de adopción está, de alguna manera, investido de un poder inconmensurable, que determina el destino del niño a adoptar. Muchas adopciones de todo tipo de escenarios de la vida han sido para los bienes mayores tanto para el niño como para los padres. Una minoría ha terminado de manera diferente.
Por lo tanto, asumimos que la adopción es buena para los niños que se dejan solos. Es mejor para ellos vivir y ser criados por una persona, dos o varias sin importar sus preferencias sexuales.