Agenda 2030, por un beneficio ambiental universal

Cambiar las modalidades actuales de consumo y producción ayudarían a cuidar al planeta y, por lo tanto, a garantizar el bienestar de la humanidad. Por ello, es importante que México disminuya de manera sustancial la generación de desechos mediante políticas de prevención, reducción, reciclaje y reutilización
José Pablo Espíndola José Pablo Espíndola Publicado el
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Con el objetivo de erradicar la pobreza y asegurar la prosperidad para todos los habitantes del mundo, los Estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas trabajan la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible, una hoja de ruta que plantea 17 objetivos con 169 metas.

Entre los objetivos de este plan de acción existen varios relacionados con el cuidado del medio ambiente, ya que es imposible mantener el bienestar de la población, sin proteger a la naturaleza.

Expertos opinan que además del eje social, el político y el económico, el tema ambiental debe ser tratado como el cuarto eje que rija a un país, el cual, aseguran, apela a la seguridad nacional, porque la falta de recursos podría causar conflictos severos.

Varios de los problemas ambientales que existen en la actualidad son provocados por las modalidades de consumo y producción; por ello, la Agenda 2030 incita a los países a disminuir de manera sustancial la generación de desechos mediante políticas de prevención, reducción, reciclaje y reutilización.

En México, de acuerdo con el Gobierno Federal, se generan diariamente 120,128 toneladas de residuos, de las cuales se recolectan 83.93 por ciento y se colocan en sitios de disposición final el 78.54 por ciento, reciclando únicamente el 9.63 por ciento de los residuos generados. 2 de cada 5 viviendas separan sus residuos, y 3 de cada 100 empresas reciclan los generados en sus procesos de producción.

Para el investigador Raciel Flores Quijano, de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) el tema de los residuos sólidos, en especial los urbanos, representa un factor muy importante en la contribución de los problemas del cambio climático, pero también puede ser una herramienta bastante fundamental para combatirlos.

Una acción concreta sería la recuperación de materiales valorizables, no solamente desde el punto de vista económico, sino también energético. Casi entre el 30 y 50 por ciento de estos materiales se podrían recuperar a través del reciclado de los residuos sólidos urbanos, como el papel, el vidrio, los plásticos y metales.

De todos los materiales recuperables, afirma el experto de la UPAEP, el aluminio es el que tiene el mayor valor por sus características físicas como su maleabilidad, baja densidad, impermeabilidad y por no conservar olores. Además, tiene alta conductividad térmica y eléctrica, lo que lo hace ser más económico y altamente reciclable con beneficios monetarios muy altos.

Sumando esfuerzos por la Agenda 2030

La mayoría de los residuos sólidos urbanos que se generan en el país provienen de las casas habitación, por lo que establecer estrategias que contemplen la separación de basura desde los hogares es fundamental para contribuir con los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Para cumplir con esta meta, también es necesario que cada empresa valore y encuentre un punto intermedio para poder identificar e implementar el reciclaje como una herramienta económica, ya que puede ver qué porcentaje del material reciclado incorporar a su producto terminado para evitar pérdidas.

“Además del reciclaje, las empresas deben poner atención en sus procesos productivos, tratando de recuperar materiales y así evitar el consumo de materia prima virgen”, señala el experto de la UPAEP.

Ejemplo de lo anterior es el aluminio, porque su reciclaje ahorra al medio ambiente el 90 por ciento de los gases de efecto invernadero que se producirían si se generara a partir de su extracción; además, la energía que se requiere para reciclarlo es 95 por ciento menor que la que se ocuparía para fabricarlo como materia prima inicial.

Una mala disposición de los residuos sólidos urbanos también provoca la contaminación del suelo, la vegetación y de los mantos freáticos, ya que por procesos de lixiviación la calidad del agua que se consume puede ser de dudosa calidad.

Otro factor que contribuye al problema es la falta de una legislación que permita fomentar una mejor cultura ambiental. Si bien, no existe la voluntad ciudadana para implementar los cambios necesarios, tampoco hay reglamentos, normas o leyes que verdaderamente obliguen a la población a actuar.

“No es complicado, se puede hacer desde los tres niveles de gobierno, con las famosas Normas Federales. Si bien los Estados tienen sus leyes, los municipios poseen la competencia directa en cuanto al manejo de los residuos sólidos urbanos, entonces, ellos pueden poner sus lineamientos apoyados en la normativa ambiental”, opina Flores Quijano.

Sin embargo, la realidad es que este problema escapa de sus capacidades técnicas y financieras. Al no contar con personal capacitado ni con recursos financieros que den certeza a las inversiones del sector privado, es imposible implementar acciones y proyectos que garanticen una gestión integral de los residuos sólidos urbanos.

Por lo anterior, es importante que la recolección, traslado, tratamiento y disposición final de los residuos sólidos urbanos sea un tema prioritario para los candidatos que participarán en las próximas elecciones, que serán las más grandes en la historia del país, donde se disputarán 21 mil cargos de elección popular, esto con la finalidad de que México cumpla con los compromisos adquiridos con la Agenda 2030.

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