Olvídate de las carreras de Fórmula 1, Nascar o cualquier otra competencia en la que sólo la última vuelta vale la pena, si eres un fanático de la velocidad y las emociones fuertes, debes echar un vistazo a la competencia que está poniendo al internet de cabeza; las carrera de canicas.
No, no hemos vuelto locos, tampoco se trata de una broma dominical, en verdad existen las carreras de canicas y son mucho más entretenidas de lo podrías imaginar. Sí aún no nos crees te retamos a reproducir el siguiente vídeo y no quedarte enganchado hasta el final.
La creación de esta compleja, hipnótica y kilométrica pista de carreras es producto del talento y creatividad de Jelle Bakker, un holandés de 34 años que padece una especie de autismo con rasgos de un trastorno obseivo compulsivo.
La condición de Bakker le impidió continuar en la escuela, por lo que encontró en su obsesión por las canicas la manera de liberar su intelecto y necesidad de crear, por lo que no sólo construye circuitos de carrera en la arena, sino también complejas máquinas de canicas.
Hablamos de un sujeto que fue capaz de construir una máquina con capacidad de más 11 mil canicas, la cual cuenta con engranes que arrojan las miles de bolas cristal por interminables rampas… hasta el momento, el vídeo tiene más de 11 millones de visitas.
“No entiendo como una carrera de canicas puede ser tan atractiva”, “por esta clase de vídeos es que pagó internet”, “debería haber cursos para crear tu propia pista de arena”, “me retiró del hipódromo, debería comenzar a apostar por las canicas”, son algunos de los comentarios en sus vídeos.
Y aunque las carreras son su sello distintivo, Bakker también disfruta de crear montañas rusas a escala, desde las que deja caer canicas para completar recorridos que desafían las leyes de la física, hasta ahora conocidas.
Aunque Bakker es el amo y señor de las canicas de internet, cuando tiene que construir grandes proyectos, cuenta con un sequito de voluntarios de le ayudan materializar las ideas más descabelladas de su mente, todo con el único fin de colaborar con su “arte”.
Internet y el talento de Bakker nos demuestran que a veces los grandes genios sólo necesitan una pequeña ventana en la que puedan mostrar su talento para atrapar la atención del mundo, más de 320 suscripciones en You Tube y millones de reproducciones en cada vídeo son evidencia ello.
