“Monterrey de las montañas, tú que estás al par del río; fábrica de la frontera, y tan mi lugar nativo que no sé cómo no añado tu nombre en el nombre mío”, así describió el escritor Alfonso Reyes a su entidad de origen en Obras completas, X: Constancia poética.
En sus escritos públicos, y en los más íntimos, evoca al Cerro de la Silla, al norte del país, y en el tomo VII de sus Obras completas describe el ánimo de los que son de este gentilicio.
“El regiomontano, cuando no es hombre de saber, es hombre de sabiduría. Sin asomo de burla pudiera afirmarse que es un héroe en mangas de camisa, un paladín en blusa de obrero, un filósofo sin saberlo, un mexicano sin posturas para el monumento y hasta creo que un hombre feliz”, expresó.
El llamado regiomontano universal, porque a través de sus letras trascendió fronteras, nació el 17 de mayo de 1889 y murió en la Ciudad de México, el 27 de diciembre de 1959. Así, este 2019 se cumplen 130 años de su natalicio y 60 luctuosos.
“Es el año en que se conmemora el doble aniversario de quien sigue siendo el escritor más notable de las letras de Nuevo León: Alfonso Reyes”, mencionó el gobierno que encabeza Jaime Rodríguez Calderón.
Por ello, Nuevo León, como invitado de honor a la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería (FILPM), presentó la Cartilla Moral, de Reyes, como parte de sus actividades especiales en la 40 edición de este evento editorial.
Además, el domingo 24 de febrero, Javier Garciadiego ofreció una conferencia en la que habló de la formación intelectual que tuvo en su juventud.
El historiador, de entrada, advirtió de otros dos motivos para celebrar al ensayista. Desde 1939 y hasta su muerte, dirigió la Casa de España en México, institución que fue creada para los intelectuales exiliados de ese país europeo y que se convirtió en el antecedente del Colegio de México.
En el mismo año, se mudó a la Capilla Alfonsina, llamada así por Enrique Díez-Canedo, poeta español que definía a su hogar como un santuario del saber. La ahora Casa Museo Alfonso Reyes está ubicada en la alcaldía Cuauhtémoc. Ambos acontecimientos cumplen 80 años.
El joven Reyes: su formación intelectual
Javier Garciadiego ofreció una charla que llevó este nombre. El director de la Capilla Alfonsina relató la infancia del regiomontano universal: fue el noveno de 12 hijos que tuvo el matrimonio de Aurelia de Ochoa-Garibay y Sapién y Bernardo Reyes, gobernador de Nuevo León y secretario de Guerra y Marina.
“Su padre era no solamente el gobernador, sino uno de los potenciales sucesores de Porfirio Díaz y el constructor del Monterrey industrial”, dijo.
Garciadiego contó que, como a Alfonso Reyes no le gustaban las ambiciones presidenciales de su papá ni vivir en una casa que también era un cuartel de guerra, fue a probar suerte a la capital del país, en 1905.
“En su casa estaba muy aislado; podemos suponer que Bernardo Reyes era muy autoritario. Se aleja de la familia, pero entra en contacto con grupos de jóvenes escritores”, señaló y enlistó tres agrupaciones clave.
La primera estaba en torno a la Revista Savia Moderna, con la dirección de Alfonso Cravioto y Luis Castillo Ledón, un encuentro fundamental. El segundo círculo fue el de la sociedad de alumnos de la Escuela Nacional Preparatoria, que tenía un boletín dirigido por Martín Luis Guzmán y el Ateneo de la Juventud al que pertenecieron José Vasconcelos y Antonio Caso.
“Alfonso Reyes hace un grupo interior donde leían lecturas en tumulto y, sobre todo, leían diálogos platónicos, cada uno tenía un personaje en el taller del arquitecto Jesús T. Acevedo. Ahí Alfonso Reyes deja la poesía y descubre la prosa, este es el cambio entre el adolescente y el niño”, dijo el académico.
La Cartilla Moral, un acto social
“Es el resumen de mi instinto y mis disciplinas clásicos: lo más auténticamente griego que he escrito en mi vida; además, es un buen acto social”, así definió Alfonso Reyes a la Cartilla Moral que, ahora, el gobierno de López Obrador distribuyó y que fue presentada en la FILPM.
“Lo que fundamentalmente escribió fueron ensayos de enorme calidad literaria, con un lenguaje gustoso y ligero, pero al mismo tiempo absolutamente fundamentado y pedagógico”, reconoce el miembro de El Colegio Nacional desde 2016.
Esta institución editó este año, casi a la par que la administración federal, la Cartilla Moral, prologada por Javier Garciadiego. Se trata de una tarea que le encomendó a Alfonso Reyes el entonces secretario de Educación Pública, Jaime Torres Bodet, como parte de una campaña alfabética.
“Voy a pedirle a usted con esta carta una tarea que posiblemente le parezca ardua (…) Puestos a pensar el señor Torres Bodet y yo quién nos podría formular dichas lecciones, concluimos que nadie mejor que usted”, dice la misiva enviada por José Martínez, secretario particular.
El 24 de septiembre de 1958, Gastón García Cantú y Rosario Castellanos le solicitaron los derechos para regalarla al Instituto Nacional Indigenista y Reyes aceptó.
“Reyes nunca se hubiera imaginado que un presidente de México haría impresión masiva. Finalmente se cumplió el proyecto original de publicar millones de ejemplares, 75 años después”, mencionó Garciadiego.
FILPM celebra a Reyes
> Memoria en dos tonos: el pasado familiar en los textos autobiográficos de Rodolfo y Alfonso Reyes
Miércoles 27 de febrero, a las 16:00 hora, en el Salón El Caballito.
> La narrativa Alfonsina
Jueves 28 de febrero, a las 16:00 horas, en el Salón de firmas.
> Reyes: periodista, editor y gestor cultural
Viernes 1 de marzo, a las 16:00 horas, en el Salón de firmas.
> La poesía de Alfonso Reyes. Homenaje a Alfonso Rangel Guerra
Sábado 2 de marzo, a las 13:00 horas, en el Salón de actos.