Algo más que amigos
Quien no se haya preguntado la siguiente inquietud, que arroje la primera piedra: ¿Pueden ser simplemente amigos un hombre y una mujer heterosexuales?
Por la convivencia diaria que llevamos con el género opuesto podríamos decir que sí. Trabajamos, estudiamos, comemos y en ocasiones hasta vivimos juntos, sin querer saltar encima del otro a cada momento.
Sin embargo, puede que esto sea solo una fachada. ¿Quién puede asegurar que ninguno de los dos ha tenido sentimientos de otro tipo en algún momento de la amistad?
Rocío AguileraQuien no se haya preguntado la siguiente inquietud, que arroje la primera piedra: ¿Pueden ser simplemente amigos un hombre y una mujer heterosexuales?
Por la convivencia diaria que llevamos con el género opuesto podríamos decir que sí. Trabajamos, estudiamos, comemos y en ocasiones hasta vivimos juntos, sin querer saltar encima del otro a cada momento.
Sin embargo, puede que esto sea solo una fachada. ¿Quién puede asegurar que ninguno de los dos ha tenido sentimientos de otro tipo en algún momento de la amistad?
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Wisconsin-Eau Claire, sugiere que puede haber algo de verdad en la creencia de que detrás de cada amistad con un miembro del sexo opuesto, siempre está al acecho una posibilidad de romance.
Para demostrar esta teoría, los científicos llevaron al laboratorio a 88 parejas de amigos conformadas por hombre y mujer. La privacidad fue un asunto de suma importancia, pues con el fin de garantizar respuestas honestas los investigadores no solo siguieron los protocolos estándar de anonimato y confidencialidad, sino que también hicieron un acuerdo verbal entre cada pareja para que se abstuvieran de discutir el estudio, incluso una vez que terminara la prueba.
Después, a cada uno y por separado se le hizo una serie de preguntas relacionadas con sus sentimientos románticos (o la falta de ellos) hacia el amigo o la amiga con el que estaban tomando el estudio.
Los resultados de la investigación publicada hace unos meses en el Journal of Social and Personal Relationships, muestran las claras diferencias de género en cómo se experimenta la amistad con el sexo opuesto. Los hombres se sentían más atraídos por sus amigas que viceversa. También son más propensos que las féminas a pensar que ellas se sienten atraídas por ellos, una creencia que en la mayoría de los casos es equivocada.
De hecho, las estimaciones de los varones acerca de lo atractivos que eran para sus amigas no tenían nada que ver con la forma en que ellas realmente los veían, más bien tenían que ver con cómo se sentían ellos. Básicamente asumían que cualquier atracción romántica que experimentaban era mutua, y eran ciegos al nivel real de interés romántico que sentían sus amigas.
Las mujeres tampoco percibían la mentalidad de sus amigos, porque generalmente no se sentían atraídas por ellos y –a diferencia de estos– asumían que esta falta de atracción era mutua. Como resultado, los hombres constantemente sobreestiman el nivel de atracción que sienten sus amigas, y las mujeres subestiman el nivel de atracción que sienten sus amigos varones.
Otras diferencias encontradas es que ellos estaban más dispuestos a actuar sobre esta supuesta atracción mutua. También se puede decir que las mujeres son más consideradas con el estatus romántico de sus amigos, pues mientras los hombres eran igual de propensos a desear tener una cita tanto con sus amigas con pareja, como con las solteras, ellas estaban poco interesadas en intentar algo con aquellos que ya estaban involucrados con alguien más.
Estos resultados sugieren que para los hombres, a diferencia de las mujeres, es más difícil tener una relación de simple y pura amistad con el sexo opuesto. Pero no se puede generalizar, pues este estudio se realizó solo entre una relación en particular, no quiere decir que todos los hombres se sientan así con todas sus amigas mujeres o al revés.
Lo que sí muestra es cómo dos personas pueden experimentar de manera muy diferente una misma amistad.
¿Ventaja o desventaja?
Para hombres y mujeres –por igual– representa una ventaja tener una amistad con alguien del sexo opuesto, pues consideran que tiene más cosas buenas que malas.
Pero las cosas cambian cuando de atracción se trata.
Para el mismo estudio, liderado por la psicóloga April Bleske-Rechek, se realizó otra prueba con otros participantes a los que se dividió en dos grupos: el primero estaba compuesto por 42 hombres y 65 mujeres de entre 18 y 23 años, y el segundo por 132 hombres y 191 mujeres entre 27 y 55 años.
Aquí se les pidió que pensaran específicamente en un amigo del sexo opuesto (que no fuera su pareja o un miembro de su familia) y que reportaran el grado en que habían experimentado atracción romántica hacia esa persona.
Después se les pidió que hicieran una lista sobre las ventajas y desventajas que esa amistad tenía para su vida, esto con el fin de determinar –entre otras cosas– si veían esa atracción como un coste o un beneficio.
Según los resultados, 32 por ciento de los participantes veían a la atracción por su amigo del sexo opuesto como coste, solo seis por ciento la veía como un beneficio y de este porcentaje los hombres fueron los que más la clasificaron así.
Las mujeres jóvenes y de mediana edad que participaron en el estudio que reportaron más atracción hacia su amigo del sexo opuesto, generalmente indicaron menos satisfacción en la relación amorosa en la que estaban involucradas.
Según Bleske-Rechek, estos hallazgos implican que la atracción en una amistad con alguien del sexo opuesto es común y potencialmente de consecuencias negativas para las personas con amistades de muchos años.
Parece que Harry estaba en lo correcto y hablaba por todos los de su género al decirle a Sally que hombres y mujeres no podían ser solo amigos.
Atracción y amistad
Estudio completo (PDF en inglés)
— Amor vs. Amistad
Películas que demuestran esta teoría
When Harry Met Sally… (1989)
Filme clásico que da una cátedra de la amistad entre un hombre y una mujer y deja claro que la atracción siempre está ahí.
Whatever It Takes (2000)
Típica historia en la que uno acepta que le gusta su amigo. Claro, hasta que ella está a punto de perderlo.
The Perks of Being a Wallflower (2012)
No es la típica historia de la pasión entre dos personas, pero sí ejemplifica una amistad que esconde una atracción.