Zara, la gigante española de la moda, busca seguir los pasos de Amazon y ha abierto su propia tienda en las que las cajas son cosa del pasado; el local se encuentra ubicado en el centro comercial Westfield Stratford City, al este de la ciudad de Londres.
La tienda, que permanecerá sólo unos meses abierta, es física y virtual al mismo tiempo. El objetivo es mostrar en una tienda física los beneficios del comercio digital para convencer a las personas que mantienen escepticismo ante esta modalidad.
Obviamente, los productos no serán gratuitos, pero los empleados de la tienda llevan consigo dispositivos electrónicos con bluetooth para cobrar en cualquier punto de la tienda con el simple rose de una tarjeta de banco, lo que terminaría de tajo con las filas.
Una pequeña colección de prendas a través de tabletas y dispositivos móviles es mostrada al interior de la tienda. El objetivo es que algún punto todo el catálogo de Zara esté en línea y las personas puedan comprar online en la propia tienda o desde sus casas.
El horario para el encargo es estricto, pues los pedidos hechos antes de las 14.00 horas del mediodía se podrán obtener en casa o en la tienda el mismo día, pasada esta hora habrá que esperar a la jornada siguiente.
Sin embargo, Inditex, la empresa que diseño la tienda ha llevado las cosas mucho más lejos, pues trabaja en un espejo pantalla que facilitará el tamaña y las medidas reales del consumidor con respecto a las talles de la tienda a través de la tecnología RFID.
Esto permite que las personas reciban sugerencias estelísticas y cambios o reformas en las prendas, pues el espejo detecta las medidas de las personas por medio de radiofrecuencia.
Aún falta ver si el concepto tendrá o no éxito, pero lo que es un hecho que la manera tradicional de comprar está quedando en el pasado.