Amigos del alma… y de los genes

¿Te han dicho –y te has dado cuenta– que la química entre una pareja es fundamental? Tu respuesta, probablemente, es que sí. Pero la compatibilidad en ese sentido no solo es exclusiva de las relaciones de pareja, también aplica a las amistades.

Además, esa compatibilidad está relacionada no solo a gustos similares entre personas, sino también a su carga genética.

María Alesandra Pámanes María Alesandra Pámanes Publicado el
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El estudio demostró que los amigos compartían alrededor del 1 por ciento más ADN, en promedio, que los extraños. Este es el grado de similitud que tienen los primos en cuarto grado de consanguinidad

¿Te han dicho –y te has dado cuenta– que la química entre una pareja es fundamental? Tu respuesta, probablemente, es que sí. Pero la compatibilidad en ese sentido no solo es exclusiva de las relaciones de pareja, también aplica a las amistades.

Además, esa compatibilidad está relacionada no solo a gustos similares entre personas, sino también a su carga genética.

Un nuevo estudio, a cargo de las universidades de Yale y de California, y publicado en las Actas de la Academia nacional de Ciencia de Estados Unidos (PNAS, por sus siglas en inglés), asegura que los seres humanos no solamente comparten gustos y maneras de pensar con los amigos, sino también genes.

Y es que la investigación alega que inclusive se puede considerar que algunos amigos son una especie de “parientes lejanos”. Y describe a las amistades como la familia que se tiene por elección propia, dada la alta compatibilidad a nivel del ADN.

Así que no en vano se dice que algunas de las amistades son consideradas “como de la familia”.

Jonathan Webb, de la BBC, indica que los autores de este estudio observaron que “los amigos compartían alrededor de 1 por ciento más ADN, en promedio, que los extraños (…) Aunque pequeño, este es el grado de similitud que tienen los primos en cuarto grado de consanguinidad”, o bien, las personas que comparten tatarabuelos.

Nicholas Christakis y James Fowler, autores de la investigación, explicaron que las personas a las que se eligen como amigos tienen gran similitud genética con nosotros mismos. Y apunta que no solo es cuestión de parecido entre personalidades, sino que la elección se basa, a su vez, en el genotipo (o conjunto) de genes.

“Puede no parecer mucho, pero para los genetistas se trata de un número importante y extraordinario. La mayoría de las personas ni siquiera conoce a sus primos cuartos”, afirma Nicholas.

Este tipo de relaciones y compatibilidades entre amigos establecen fusión y sinergia, lo que podría traducirse en ventajas evolutivas, de acuerdo a esta investigación.

Pese a que este estudio ha recibido críticas por parte de escépticos, los resultados del trabajo de Christakis, Fowler y su equipo, se basa en un análisis de todo el genoma de casi 1.5 millones de marcadores de variación genética.

Son como hermanos

En el estudio, que fue puesto en práctica con la participación de cerca de 2 mil personas voluntarias de Framingham, Massachusetts, se pudo determinar quienes fueron verdaderamente amigos desde la década de los 70, hasta principios de los 90. 

Además, los científicos encontraron que los amigos son más parecidos en los genes que afectan al sentido del olfato, mientras que muestran menor similitud en los que controlan la inmunidad.

Esto podría explicar que la salud no solo depende de la constitución genética de la persona, también de la de sus amigos.

Y lo más impactante es que, al parecer, los genes que tuvieron mayor parecido entre amigos están evolucionando más rápido que otros. Los autores creen que esto podría explicar por qué la evolución humana se aceleró en los últimos 30 mil años. 

Fowler y Christakis consideran que el entorno social es una fuerza evolutiva.

“En el documento también se da apoyo a la visión de los seres humanos como ‘metagenómicos’, no solo con respecto a los microbios dentro de nosotros, sino también a las personas que nos rodean. Parece que nuestra salud no solo depende de nuestra constituciones genéticas propias sino también de las constituciones genéticas de nuestros amigos”, enfatiza Christakis.

Amigos en las buenas, en las malas y en la oficina

Tener amigos es un deleite y tenerlos como compañeros de trabajo vuelve a las personas más felices. Un estudio de Linkedin, titulado “Relationships @Work”, revela que casi la mitad (46 por ciento) de los profesionistas de todo el mundo, considera que la amistad con colegas los hace felices y los motiva en la oficina.

Linkedin cuenta con 300 millones de usuarios, y encuestó a 11 mil 500 trabajadores de 14 países distintos, para así analizar su comportamiento y cómo es el ambiente en la oficina puede afectar el rendimiento.

Otro de los resultados de este análisis demuestra que los jóvenes entre 25 y 34 años son los que se abren más con los colegas (en un 65 por ciento). Mientras que las personas de entre 55 y 65 años, solo se abren un 33 por ciento.

Y uno de cada tres de los profesionistas mayores de 35 años cree que sus amistades no afectan a su rendimiento laboral.

Los jóvenes consideran que las amistades laborales los ayudan a ascender en la empresa, pero no laso pensarían dos veces para sacrificarlas con tal de obtener un aumento de sueldo y/o puesto. Sin embargo, el 70 por ciento de los de mayor edad no se plantearía, en lo absoluto, sacrificar a un amigo.

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