Arquitectura al rescate
Cuando un desastre o una crisis arrasa con una ciudad o población, el altruismo se manifiesta a través de donaciones, el envío de víveres y hasta se componen canciones para recaudar fondos.
Aunque no es muy publicitada, la rama de la arquitectura también participa activamente en el rescate a través de esfuerzos como Architecture for Humanity, una organización caritativa que busca soluciones arquitectónicas para las crisis humanitarias.
María Alesandra Pámanes
Cuando un desastre o una crisis arrasa con una ciudad o población, el altruismo se manifiesta a través de donaciones, el envío de víveres y hasta se componen canciones para recaudar fondos.
Aunque no es muy publicitada, la rama de la arquitectura también participa activamente en el rescate a través de esfuerzos como Architecture for Humanity, una organización caritativa que busca soluciones arquitectónicas para las crisis humanitarias.
Y no se trata solo de poner maderas para ayudar al paso cuando se derrumba un puente en una inundación, sino de servicios profesionales de diseño a comunidades que lo necesitan.
Es la perfecta mezcla entre construcción y desarrollo, con humanismo y altruismo.
La arquitectura nos une. Forma espacios que compartimos, le brinda la identidad cultural y la esencia a cada una de las ciudades y poblaciones. Define la historia y las generaciones con estructuras que perduran durante siglos y, por si fuera poco, reconstruyen el patrimonio de las víctimas bélicas y de desastres de la naturaleza.Esta organización cree que “cuando los recursos y la experiencia son escasos, el diseño innovador, sostenible y colaborativo puede marcar una diferencia”.
¿Quién no se ha sentido renovado y feliz cuando tiene un espacio nuevo para ocupar? Una casa u oficina nueva siempre nos genera satisfacción y un sentimiento de cambio y renovación. Ahora, imagina lo que sentirá una persona que lo perdió todo en cuestión de horas a causa de un huracán.
Architecture for Humanity fue fundada el 6 de abril de 1999 por Cameron Sinclair, un arquitecto inglés que en 2010 fue nombrado Senior Fellow del Design Futures Council, junto a Kate Stohr. Tiene como sede San Francisco, Estados Unidos.
Su objetivo principal es promover diseño humanitario y social a través de asociaciones y programas de educación. Para sus proyectos, han consultado con organismos gubernamentales y organizaciones de ayuda.
A la fecha, alrededor de 100 firmas han formado parte de sus proyectos y más de 2 mil 100 diseñadores de 65 diferentes países han estado en sus competencias de diseño.
En ocasiones, familias enteras de ingenieros participan en la labor, así como parejas de novios de arquitectos.
Al día de hoy, han completado más de 245 proyectos. Han reconstruido física y socialmente alrededor de 28 países y más de 700 mil personas trabajan en edificios construidos con los diseños de los becarios de Architecture for Humanity.
Robert Ivy, editor de Architectural Record dijo que “(la organización) representa lo mejor de la nueva generación de liderazgo arquitectónico, empleando técnicas de arquitectura y dirigiéndolos al bien común”.
Comprometidos con los resultados
En Architecture for Humanity dicen que son “narradores naturales. Creemos en lo que hacemos y nos vemos obligados a compartir nuestra historia”. No solo eso, también están “comprometidos con los resultados, no solo las ideas. Nos quedamos involucrados durante el tiempo que se tardan en hacer las cosas”.
También se caracterizan por ser multidisciplinarios; en su sede tienen escritores, artistas, poetas, científicios, activistas urbanos, expertos en construcción, DJs y hasta ex practicantes de snowboard profesional.
No los veas como la clásica organización altruista que llega a repartir provisiones a un albergue –cosa que no se demerita– sino como un conjunto de ideas, talento y experiencia que se unen para construir diseños innovadores y sostenibles en las comunidades que más lo necesitan.
Cuentan con la “Chapter Network”, una plataforma en la que se encuentran los capítulos para promover su trabajo y relacionarse con el sector público, así como con el potencial.
Cada capítulo o “chapter” es el grupo de personas en cada una de las ciudades en el mundo. Actualmente hay 52 capítulos activos. Monterrey, Nuevo León, es uno de ellos.
A partir de 2005, adoptaron un modelo de “open source” para convertirse en la primera organización que utilizó el sistema de licencia de Creative Commons (licencias que ofrecen amplias opciones de protección y libertad para educadores, artistas y autores) en una estructura física.
Los servicios de diseño, la gestión de construcción y la financiación de proyectos que proporciona son pro bono. Lo hacen porque están a favor de la prosperidad sustentable, creatividad, conectividad, integridad, responsabilidad, comunidad, entre otros valores de vanguardia.
Es importante mencionar que, además, generan directa e indirectamente empleo para la gente que vive en la localidad beneficiada.
No necesitas ser arquitecto o ingeniero para formar parte de esta organización, hay muchas maneras de contribuir y donar, la cantidad mínima es 50 dólares. No todo es dinero, puedes apoyar esta iniciativa de diversas maneras. Te recomiendo entrar en su sitio y elegir alguna de ellas para formar parte de esta labor y comunidad de ayuda e innovación.
Servicios de desarrollo:
Programa de desarrollo y administración
Creación de centros comunitarios de diseño
Mano de obra local y la formación profesional
Management de riesgos y responsabilidad civil
Evaluación de modelos de financiación
Coordinación de grupos de interés
Identificación y desarrollo de herramientas y modelos de financiamiento.