Los Juegos Olímpicos (JO) están en boca de todos, pero casi nadie recuerda que en el pasado las competencias se daban más allá de los estadios y complejos deportivos. En el pódium, algunas personas podían mostrar una medalla de oro por escultura o pintura. No todo era deporte.
Las cinco categorías en las que se podía competir eran arquitectura, escultura, pintura, música y literatura, gracias al deseo del fundador del Comité Olímpico Internacional, Pierre de Coubertin, de querer fusionar la estética con el deporte. Las obras de arte debían contener temática olímpica.
Por ejemplo, en el caso de literatura, el límite eran 20 mil palabras (que incluían desde poemas épicos y obras dramáticas), según recuerda la revista The Atlantic.
El escritor Charles Isherwood, de The New York Times, señaló que LeRoy Neiman –pintor que se conoce por sus obras de deporte– podría haber sido considerado como el “Michael Phelps del óleo”.
Tal vez no te suene mucho la relación del arte y los Juegos Olímpicos. Esto se debe a que los detalles y la documentación de las obras no recibieron la misma atención como la que, por lógica, tienen los atletas y las diferentes disciplinas del deporte.
De acuerdo a The Atlantic, Bernhard Kramer, historiador de las Olimpiadas, realizó una búsqueda del arte olímpico y los artistas campeones, pero la mayor parte sigue perdida en la historia. “No hay evidencia documentada que pueda conocerse en este momento”, dice.
Las obras de arte tenían que haber sido realizadas durante los cuatro años entre unos Juegos Olímpicos y otros.
La competencia de arte olímpico de 1936, fue una de las más exitosas de la historia. A pesar de haber tenido dificultades en sus inicios, más de 70 mil personas visitaron la exhibición.
Después de los JO del año 1948, las competencias relacionadas al arte olímpico cambiaron para ser un festival de arte, con exhibiciones paralelas a los Juegos de Verano y de Invierno.
¿Qué muestra de arte predominaría con medallas de oro? ¿Escultura, pintura o literatura?
The Atlantic se cuestiona: “Las competencias de arte olímpico, ¿fueron un experimento fallido o simplemente una reliquia curiosa de una época y una ideología que vino y se fue?”.
Probablemente la falta de recursos o de iniciativa por parte de los competidores de las diferentes disciplinas, o tal vez el impacto que dejaron de tener poco a poco hicieron que se desvanecieran por completo.
No es una mala idea que se retomen dichas competencias y apostar por qué disciplina o qué país arrasaría con las medallas hoy en día.
El “Michael Phelps del arte”
LeRoy Nieman es algo más que un pintor deportivo con bigote “a la Porfirio Díaz”.
Es uno de los artistas más populares de Estados Unidos. Su trabajo se caracteriza por la pintura expresionista y colores brillantes con la temática deportiva. En su obra destacan atletas, músicos y eventos deportivos.
Tal vez no te suene su nombre, pero fue el artista oficial de cinco Olimpiadas.
Tiene colecciones permanentes en el Smithsonian, el Whitney Museum, en el Brooklyn Museum, en el State Hermitage Museum en Rusia, entre otras galerías alrededor del mundo.
En 2009, LeRoy obtuvo el Honorary Professorship of the Arts de la Columbia University y la Order of Lincoln en la Lincoln Bicentennial Convocation en Springfield.
Trabajó para Playboy, en los Juegos de Invierno en Squaw Valley en 1960 y le siguieron Super Bowls.
También hizo retratos, en los que destacan nombres de atletas como Muhammad Ali y Joe Namath. Incluso tuvo tres cameos en algunas de las películas de la saga de “Rocky”. Recordarás la pintura que aparece en la III y IV.
Falleció el 20 de junio de 2012, a los 91 años, en Nueva York.