La lucha por conquistar el espacio y descubrir sus misterios ya ha empezado y los países, a través de sus agencias espaciales, tiene dos metas a mediano plazo: la Luna y Marte.
Expertos y astronautas europeos se alistan para explorar el satélite natural de la Tierra con asistencia electrónica, herramientas geológicas actualizadas y protocolos científicos mejorados.
Para esas difíciles misiones, las agencias espaciales recrean lo mejor posible las condiciones lunares en nuestro planeta. En noviembre, la Agencia Espacial Europea (ESA) llevó a cabo una simulación en Lanzarote, España, una zona volcánica como parte de Pangaea-X, una campaña de pruebas.
Herramientas lunares
Moverse con engorrosos trajes espaciales en un entorno extraño es solo uno de los problemas con que tendrán que lidiar los humanos en la Luna. Los nuevos conceptos operacionales y los prototipos de equipamiento que se están probando tienen en cuenta el movimiento limitado que permiten.
Stevenin explica que cuando se lleva un traje presurizado no es posible arrodillarse ni agacharse. Los gruesos guantes dificultan la recogida de muestras, el movimiento de los brazos está restringido por las uniones articuladas y el campo de visión se ve limitado por el casco.
“En estas pruebas no vestimos trajes espaciales, pero tras pasar horas y horas entrenándonos con los de la NASA estamos acostumbrados a las limitaciones en la movilidad. A la hora de probar las herramientas lunares hemos aplicado estos conocimientos y nuestra propia memoria corporal”, puntualiza Hervé.
Para mejorar la eficiencia de las futuras expediciones a la Luna, la comunicación entre científicos y astronautas es clave.
Las cámaras incorporadas en las prendas de los paseantes espaciales transmitieron vídeo en vivo a los científicos. El coordinador de los paseos y los científicos que monitorizaban las actividades desde el control de misiones recibieron vídeos en gran angular, panorámicas de 360 grados, vistas detalladas e imágenes microscópicas.
Los ensayos de Pangaea-X permiten hacerse una idea de cómo será la exploración futura con un portal espacial desde el que un coordinador de paseos espaciales podría guiar a los astronautas por la Luna en colaboración con un geólogo planetario desde el control de la misión en la Tierra.