Austin, ¿estás borracho?

Pareciera que Jimmy Kimmel lo predijo. El presentador hizo la pregunta que hoy todos los medios de comunicación se hacen sobre el festival South by Southwest: “¿Están borrachos?”.

En uno de los shows nocturnos más importantes de Norteamérica, que esta semana vino a transmitir en vivo su programa desde Austin, Kimmel “preguntó” a transeúntes por medio de un sondeo en el centro de la ciudad: “Están borrachos?”, todos lo estaban. 

En los cuatro programas que se han grabado en la capital de Texas, Jimmy ha hecho burla y comentario sobre el estado de ebriedad que muchos asistentes al festival mantienen en las calles de Austin. 

Ayer, un conductor en estado etílico al intentar huir de la policía, entró en una calle que exclusiva para peatones e impactó su vehículo contra la multitud que asistía al festival. Dos personas murieron al instante y más de 20 heridos se encuentran en el hospital tras del suceso. 

En una noche que estaba programada para ser recordada como uno de los esfuerzos más importantes de la música y tecnología, a través de la mercadotecnia, con eventos como el iTunes Festival y el concierto de los raperos Kanye West y Jay Z, patrocinado por Samsung, redes sociales, blogs, medios nacionales e internacionales dan la de “ocho” al percance. 

El South by Southwest comenzó en 1987 como parte de cuatro festivales de música en los respectivos cuatro puntos cardinales de Estados Unidos, en donde la gente de la industria musical y sobre todo la prensa pudiera prever el talento y decidir a quién firmar o promocionar. 

El festival creció, se ha convertido en el más importante del mundo para los medios, ya que une a la industria con el talento y cierra el círculo con la prensa. Hace algunos años se añadieron los apéndices de cine y medios interactivos. 

Debido a los diversos giros que toma SXSW, la afluencia y tipo de personas van cambiando a lo largo de dos semanas. 

Se inaugura con el festival de medios interactivos dónde gente de la industria de telecomunicaciones y emprendedores de Internet intercambian ideas, productos y servicios. 

Lo anterior da pie a fiestas donde el enfoque principal es hacer negocios o expandir el conocimiento tecnológico, después inicia el festival de cine donde actores y directores cambian el tono de la ciudad con premieres y recepciones de alfombra roja.

Los últimos días comenzó el festival de música donde estrellas de rock, pop y críticos de llevan el ambiente a otro nivel y consumo de alcohol. 

En recientes ediciones es notoria la presencia de más marcas y compañías tanto de tecnología como de alcohol, que invierten para influenciar a la crítica, a los periodistas y a los blogueros, pero no pueden evitar que jóvenes que solo vienen a buscar “fiesta”, se excedan en su esfuerzo.

Estas reuniones no están reguladas por el festival, desde hace algunos años la periferia de SXSW ha crecido y atrae a muchos locales y foráneos que acceden a fiestas gratuitas que comienzan desde las 11 de la mañana y en muchos casos la marca patrocina “barra libre” a todos los asistentes al evento. 

Esta semana que en teoría, es el cruce entre la industria del entretenimiento, tecnología y branding tiende a convertirse, ya en la práctica en un gran bar, donde la gente se emborracha gratuitamente desde muy temprano, tal y como Jimmy Kimmel lo notó y lo ha comentado en su programa.

Una dinámica del staff de Kimmel para entretener a los asistentes a la grabación del show, es subir a personas al escenario para que demuestren algún “talento” y a cambio se les regala una camiseta o gorra con el logo del programa. 

Antes de comenzar la grabación de ayer, el asistente de Jimmy subió a un jóven proveniente de Houston, de aproximadamente veinticinco años, y según sus propias palabras, “había estado bebiendo”, comenzó a cantar “The eyes of Texas” para ganar su premio; las más de 2 mil personas convocadas en el Centro de las Artes comenzaron a entonar el himno tejano con el chico presuntamente alcoholizado como líder, justo horas antes de que SXSW2014, fuera testigo del trágico accidente. 

Al cierre de esta edición varios eventos, en los que se tiene acceso a bebidas alcohólicas, se han cancelado, la agenda programada también ha cambiado. 

Quizá sea momento de replantear la logística del SXSW, y volver a sus estructuras, cuando el espíritu del festival era la música y el intercambio de ideas y conocimiento, no el consumo excesivo de alcohol patrocinado por grandes marcas.