Además de ser productora y escritora también ha hecho programas de radio para la BBC
No puedo creer que voy a decir esto, pero empecé a actuar en este Hay por primera vez (…) La gente para mí (en México) no es tan cínica como en Inglaterra (…). Aquí es más fresca (la gente)”
Vistiendo de manera sencilla, con chanclas de “pata de gallo” y recién salida de la alberca del hotel donde se hospedaba, Nell Leyshon se mostró contenta de recibir a la prensa nacional que se dio cita en el Hey Festival de Querétaro y platicó sobre su encuentro con el público que asistió a “El show de Gary”, presentación especial de su libro, solo que lo hizo a manera de monólogo.
Durante la lectura en el Cineteatro Rosalío Solano, Leyshon perdió la formalidad acercándose lo más posible a la audiencia de manera descalza y al hablar de la historia que en sí, rompe la cuarta pared para entablar diálogo con el lector en la voz de Gary, un ladronzuelo venido a menos y que creció en la marginación social de Inglaterra.
“No puedo creer que voy a decir esto, pero empecé a actuar en este Hay por primera vez (…) La gente para mí (en México) no es tan cínica como en Inglaterra. Allá somos muy cínicos y aquí es más fresca (la gente)”, expresó de su encuentro en el festival celebrado en Querétaro.
“El Show de Gary” al igual que “Del color de la leche”, han sido publicados en México por la Editorial Sexto Piso.
Génesis de Leyshon
Antes de que existiera el teatro en su vida, antes de publicar un trabajo literario, antes de que Nell Leyshon fuera Nell Leyshon en el mundo de las letras, ella incursionó en el terreno de producción audiovisual, al lado de los hermanos Tony y Ridley Scott.
A pesar de ser un tema llamativo, la originaria de Glastonbury en Somerset, Inglaterra, confesó que nunca le habían preguntado de eso, por lo que se mostró contenta al compartir sus días de campo en la producción fílmica.
“Es extraño ¿no es cierto? Tenía 20 años y me fui a Londres. Y rápidamente me enamoré de este trabajo, me volví asistente de edición en comerciales de televisión, y el hombre que era el director de la compañía, su esposa era la productora de Ridley Scott”, recordó.
A pesar de su juventud avanzó rápidamente en la empresa llegando a tener el puesto de asistente de producción y coordinar alrededor de 50 personas en una realización audiovisual, pero no sería hasta tres años después que estaría laborando directamente con la casa productora del realizador de “Alien” (1979).
Trabajando con Tony Scott
Por desgracia la empresa se vino abajo. Sin embargo la productora de Scott le ofreció trabajo, donde convivió con el difunto hermano de Ridley, Tony Scott.
“Fue una situación extraordinaria porque Tony iba a hacer “Top Gun” (1986) así que trabajé más cerca con él, y era el hombre más increíble, su carisma era fenomenal. Él llegaba a la oficina y me pegaba detrás de la cabeza cada que entraba como para decir ‘¡hey, aquí estoy!’ (risas) su energía era increíble”, comentó.
Al terminar sus turnos en el set, la autora no desaprovechaba el tiempo de regreso a casa, cargaba consigo libros de los cuales se nutría intelectualmente.
Leyshon confiesa que en realidad ella nunca había ambicionado con tener ese tipo de trabajo, y aunque conseguía una buena paga y le representaba todo un reto profesional, decidió dejar esa industria.
“Era un momento en el que pensaba que la codicia y el capitalismo estaban creciendo y me dije ‘esta no soy yo, este no es mi mundo’ y lo dejé. Estaba molesta conmigo misma por dejar este mundo maravilloso y me fui a vivir a Madrid”, se sinceró.
Labor en radio
• La Granja, 2002 (Radio de la BBC 4 )
• Las anguilas de cristal, 2003 (Radio de la BBC 4 )
• La Casa de los Árboles, 2004 (Radio de la BBC 4 )
• Soldier Boy, 2005 (Radio de la BBC 4)
• La novia, 2008 (Radio de la BBC 4)
• Sons, 2009 (Radio de la BBC 4)
• La cortina de hierro, 2011 (BBC Radio 4, Hora de la Mujer )
Filmes para pensar
Al cuestionar a la dramaturga acerca de qué le gusta ver en el cine internacional, su respuesta fue clara y sin titubeos: “Veo películas que me hagan pensar, nunca veo películas para escapar, ni para fantasear, las observo por su estética y demando muchísimo de ellas. Yo no quiero ver películas de Tony o Ridley. Sé que es algo terrible el decirlo”.
“¿Qué más puedo decir? ¡Es verdad! Pero uno tiene que hacer un acto noble y decir la verdad en el mundo de las películas ¿qué no?”, indicó.
