Beady Eye: Let It ‘BE’
Beady Eye no debería de existir. Si la relación entre los hermanos Gallagher fuera un poco más normal, Oasis aún seguiría tocando y Beady Eye –el refugio que Liam encontró junto a Gem Archer y Andy Bell tras el colapso final de su grupo anterior– nunca hubiese sido creada.
Pero como este es el mundo real y los conflictos fraternos son innegables, Beady Eye existe.
Esteban Castrohttp://indigo-video.s3.amazonaws.com/piensa/piensa-20130605-mty-02.mp4
Beady Eye no debería de existir. Si la relación entre los hermanos Gallagher fuera un poco más normal, Oasis aún seguiría tocando y Beady Eye –el refugio que Liam encontró junto a Gem Archer y Andy Bell tras el colapso final de su grupo anterior– nunca hubiese sido creada.
Pero como este es el mundo real y los conflictos fraternos son innegables, Beady Eye existe.
Además, si Liam se hubiera cuestionado la capacidad de su nueva banda para crear música relevante ante el desdén con el que la crítica trató a “Different gear, still speeding”, el primer disco de su banda, y, sobre todo, ante el éxito solista de Noel, Beady Eye hubiera sido desbandado desde hace un par de años, a la espera de la gira del reencuentro de Oasis en 2020.
Pero como Liam siempre quiere salir victorioso, “BE” existe. Y “BE” es una grata sorpresa. Desde la elegante portada au naturel, el disco exuda clase, belleza y atención a los detalles.
El mantra del álbum parece estar claro desde la primera y la última frase que se escuchan en la grandilocuente “Flick of the finger”, la canción que abre el disco. Hay convicción dentro del grupo y esto es latente en los 11 tracks del álbum.
“Second bite of the apple” es el punto medio exacto entre la obsesión de Gallagher con los sesenta, y la visión futurista del productor Dave Sitek, uno de los genios dentro de TV On The Radio.
Sitek fue el motor que impulsó a la banda –cuyo 60 por ciento de sus integrantes son multimillonarios– a dar más que el mínimo esfuerzo.
En esa canción esto se traduce en que la voz de Liam, que nunca había sonado tan desnuda mientras demanda “Come on, show what you love now!”, es levantada por una legión de instrumentos de metal que hacen las comparaciones con la festiva “Golden age” de TV On The Radio algo ineludible. Es la mejor canción en la que la voz de Liam ha estado inmiscuida desde “Lyla” de 2005.
La melancólica “Don’t brother me”, entre su juego de palabras y efectos cósmicos (con sitar incluido) que prolongan la canción por más de siete minutos, es una clara descripción que Liam hace de su tormentosa relación con su hermano.
El tema, cuya primera mitad parece estar construida sobre el molde de “You’ve got to hide your love away” no solo es –por fin– la confirmación de que el menor de los Gallagher puede escribir baladas tan memorables como las de Noel, sino la evidencia más clara de que debajo de toda la guerra de declaraciones entre los hermanos de Manchester, hay aún dejos de cariño. Que la canción tenga una innegable magia también ayuda.
Increíblemente, “BE” no solo es un proyecto por mientras los hermanos se contentan. Es un sorpresivo y bien pensado disco. Más importante aún, es un nuevo comienzo para Beady Eye.
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