Cuando Blink-182 dejó la inmadurez y entregó su último álbum bueno

El álbum sin nombre de Blink-182 cumple 16 años después de ser lanzado un 18 de noviembre pero de 2003; lo sé, como dice mi abuela: cómo se pasan los años
Carlos Ramírez Carlos Ramírez Publicado el
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Lo sabemos, quizás 16 años no sean los suficientes como para conmemorar un álbum de Blink 182; mucho menos cuando es una de las bandas de la que cada vez se habla menos para llenar las listas de Spotify del reaggeatón más duro, sensual y rasposo.

Pero de lo que sí estamos seguros es que Blink 182 ya ha caído tan bajo, y que no es lo mismo desde que Tom DeLonge se fue para emprender una prestigiosa carrera en el mundo de los cazadores de OVNIS, que lo mejor es sacar los recuerdos del baúl para secarnos un poco las lágrimas con un par de canciones.

Quién diría que un trío de chavales con gorras al revés, bermudas, converse y unas cuantas patinetas vendrían a burlarse de los Backstreetboys y de paso reírse de las tendencias musicales para crear una propia.

Tom DeLonge, quien comenzó en la escena skate de San Diego desde muy pequeño, formaría la banda con Mark Hoppus y Scott Raynor, a este último despedirían por su alcoholismo y traerían al tatuadísimo Travis Barker.

BLINK-182 EL ÁLBUM

Y pues ya sabemos el resto de la historia. Los más puristas del pop punk lloraron sangre y se cortaron las venas con galletas de animalitos cuando el género se comenzó a masificar y los chavales querían tocar la guitarra al estilo de DeLonge.

Los videos frenéticos acompañados de riffs imparables así como los inexistentes solos de guitarra se pusieron muy de moda a finales de los noventa e inicios de los 2000.

A esa oleada le vinieron más bandas como la gritona Green Day, los duros pero maniáticos The Offspring así como la actitud desenfrenada de Sum 41.

Fue extraño cuando Blink 182 reveló en el 2003 su nuevo álbum. Extraño porque los tíos llevaban un tiempo desnudándose y rapando viejitas y vagabundos y de repente comenzaron a grabar sencillos más reflexivos y hasta poéticos.

De hecho, el álbum fue grabado después de su gira de Take Off Your Pants and Jacket de 2001 y luego de que Tom había sido padre. El propio Mark señaló que el estilo reflexivo fue a propósito.

Es nuestro deber decir que a la crítica le encantó, sobretodo porque el proceso de creación fue todo un experimento musical ya que la banda misma informó que utilizaron setenta guitarras, seis baterías, treinta amplificadores y varios teclados así como redoblantes distintos.

El álbum se lanzó el 18 de noviembre de 2003 bajo la producción de Jerry Finn, aquel hombre que murió muy temprano y que auspició bandas como Greenday, AFI, Sum 41 y The Offspring.

CANCIONES E INFLUENCIA

Los críticos más callejeros dirán que fue el álbum emo de la banda. Y es que por ese tiempo ya empezaban a surgir chavales que se pintaban los labios, usaban flequillo y escuchaban bandas con temas depresivos.

My Chemical Romance, Fall Out Boy, Dashboard Confessional y otras bandas tuvieron álbums conceptuales acerca de esto, lo que no hizo más que despegar su éxito.

Sería arriesgado pensar que Blink 182 quiso subirse al mainstream de los emos. Sin embargo, lo cierto es que hay una fuerte influencia de bandas como The Cure y Fugazi.

Subgéneros como el new wave, rock electrónico, jangle pop y post-hardcore están presentes de alguna u otra forma en las 14 canciones que conforman el álbum.

Quizás Feeling This sea el sencillo que más se parece al Blink 182 de antes. Rebeldía, sexo, juventud y guitarras en una sola canción. Es un dueto entre Tom y Mark que habla sobre la sexualidad en metáforas sobre conflictos.

En I Miss You hay un canción de amor que habla sobre la crisis en una relación, acompasada de una batería muy melódica que se sostiene, principalmente, por las voces de Tom y Mark de un tono romántico.

En Down hay también hay conflicto, pero sobretodo depresión por el rompimiento de una larga relación. Es también el superar el conflicto.

Finalmente, en Always hay una melodía ochentera con un tempo de 158 pulsaciones por minuto. Se destaca en los acordes del bajo y fue escrita por el propio Mark Hoppus durante una noche de inspiración.

Después del álbum sin nombre y que sería adoptado como Blink-182 nada sería igual. La banda entraría en unas cuantas giras y se separaría por la partida de Tom DeLonge. En 2009 regresarían y en 2011 entregarían otro álbum que distaba mucho de lo que alguna vez fueron.

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