‘Breaking the Zócalo’

Eran las dos de la tarde del sábado y la mitad de la plancha del Zócalo de la Ciudad de México ya lucía repleta de fanáticos ansiosos por ver a Roger Waters a las 8 de la noche. Varios de los miles de asistentes pernoctaron con tal de ver cerca al compositor de temas de Pink Floyd.

El cierre de las arterias viales que comunican directamente a la Plaza de la Constitución entorpecía el paso vehicular, dejando el tránsito libre a los peatones que se aproximaban para alcanzar buen lugar en la plancha pública.

Hidalgo Neira Hidalgo Neira Publicado el
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Eran las dos de la tarde del sábado y la mitad de la plancha del Zócalo de la Ciudad de México ya lucía repleta de fanáticos ansiosos por ver a Roger Waters a las 8 de la noche. Varios de los miles de asistentes pernoctaron con tal de ver cerca al compositor de temas de Pink Floyd.

El cierre de las arterias viales que comunican directamente a la Plaza de la Constitución entorpecía el paso vehicular, dejando el tránsito libre a los peatones que se aproximaban para alcanzar buen lugar en la plancha pública.

“Pues yo calculo que seremos unos 15 mil elementos de seguridad” explicó uno de los uniformados de parte de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México al mando de Hiram Almeida, pero el número vacilaba ante la cantidad percibida con la vista del ojo común.

Para las tres de la tarde el cerco de seguridad se mostró endeble en una de las entradas al perímetro del Zócalo, ya que el tumulto de gente rompió el filtro de inspección, dejando entrar en estampida a los jóvenes ansiosos por en encuentro musical, dejando a los oficiales de operativos especiales solamente como observadores ante la entrada forzada por el público.

La joya de la corona en la desorganización fue el hecho de que ningún sanitario portátil fue instalado en las inmediaciones del Zócalo, dejando a los melómanos a su suerte ante las necesidades fisiológicas que se les presentaran.

Por lo que las multitudes evitaron ingerir líquidos para aguantar y resguardar su lugar, lo cual también repercutió claramente en la salud de los asistentes ya que la insolación y los desmayos no se hicieron esperar por la deshidratación.

El público entro en ambiente a las 15:50 horas, cuando por los altavoces llegó “música para calmar a las bestias” con “Here comes the sun” de “The Beatles”, misma que corearon los asistentes.

Pero lo que definitivamente mitigó el cansancio y encendió los ánimos en el público fue la aparición sorpresa de Roger Waters en el escenario a las 16:30 horas, donde se paseó de lado a lado saludando a la multitud que le recibió entre aplausos y vitoreos.

Pasarían tres horas para que el encuentro entre Waters y los melómanos comenzara, ya que en punto de las 19:39 horas, el espectáculo audiovisual del músico inglés dio inicio, teniendo una macropantalla con la catedral metropolitana de fondo y recibiendo el entusiasmo de miles de capitalinos.

Con puntualidad inglesa el concierto arrancó a las 20:00 horas en punto, para dar inicio al caleidoscopio audiovisual, y tres minutos después “Breathe” arreció con la aparición de Waters en el escenario.

Los nubarrones que amenazaban lluvia desde minutos previos, se dejaron caer al inicio de la melodía, nada impidió que el público asistente siguiera disfrutando del apenas naciente encuentro entre el Zócalo de la ciudad de México y Roger Waters.

Temas como “Time”, “Money” no se hicieron esperar para deleitar a los miles de asistentes que siguieron bajo a cortina de lluvia que acompañaba el ritmo de las canciones de Pink Floyd.

 

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