Buscan una esperanza ante el Lupus
Investigadores de China probaron que las células del cordón umbilical pueden reducir los padecimientos de esta enfermedad del sistema inmunológico en pacientes resistentes a los medicamentos, avance que repercute en México
Luz Rangel¿Imaginas tener a un “amigo” que en lugar de cuidarte en situaciones que pongan en peligro tu vida, te destruya? Este es el ejemplo que utiliza Johana Ojeda, presidenta de la Asociación Vida y Células Madre, para hablar de las enfermedades del sistema inmunológico, como el lupus.
En el caso del lupus esto genera complicaciones en diferentes tejidos, no es uno en específico. Puede afectar a cualquier parte del cuerpo como las células de la piel, los pulmones, los riñones, el cerebro, el corazón y la sangre e incluso las articulaciones.
“Por ejemplo, una de las complicaciones de los pacientes en los que no se puede controlar el lupus es que desarrollan falla renal. Empiezan por inflamación de los riñones, después con insuficiencia y sabemos que es alguien que va a requerir un trasplante”, expresa.
La Secretaría de Salud federal señala que en México el lupus afecta a alrededor de 5 millones de personas, de las cuales nueve de cada 10 son mujeres. Asimismo, no hay conocimiento de las causas de este padecimiento pues pueden estar involucrados factores hereditarios, hormonales y medioambientales.
“Mientras no se controle la actividad del lupus, lo que está pasando es un ataque constante. Y las células, por ejemplo las de nuestra piel, están en un proceso de regeneración que es natural, pero se empiezan a deformar o a desgastar”, comenta sobre las erupciones.
El lupus es una enfermedad incurable y el tipo más frecuente es el Lupus Eritematoso Sistémico (LES). Éste se controla con fármacos para evitar el progreso y disminuir síntomas.
“Para un paciente que tiene un diagnóstico de lupus, los tratamientos están enfocados en frenar al sistema inmune. Esto lo que ocasiona es que así como no continúa atacando los tejidos del cuerpo, tampoco los defiende y el paciente está más propenso a otro tipo de infecciones”, dice la maestra en Ciencias en Tecnología de Células Troncales por la Universidad de Nottingham, Inglaterra.
Pero, ¿qué pasa con las personas que son resistentes a los medicamentos?
“La cosa aquí es que hay pacientes que no responden a este tipo de tratamientos o desarrollan efectos secundarios por su uso prolongado y ya no pueden tomarlos. Lo que se busca es encontrar una alternativa e incluso una cura a largo plazo”, afirma la especialista.
El cordón umbilical como aliado contra el Lupus
Si en el paciente con lupus el sistema inmunológico es un amigo que destruye en lugar de cuidar, el cordón umbilical puede ser un aliado.
Investigadores del Departamento de Reumatología e Inmunología de la Facultad de Medicina de la Universidad Nanjing, China, estudiaron el efecto de las células mesenquimales ubicadas en este conducto. A las personas resistentes a los fármacos les hicieron una infusión intravenosa hasta por seis meses. Al evaluar los cambios del índice de actividad del lupus, observaron mejoría en los síntomas de 21 pacientes.
“Nos alienta saber que son cada vez más los estudios científicos internacionales que se realizan para confirmar la seguridad y eficacia de las células del cordón umbilical que, en un futuro, pudieran representar una opción de tratamiento en diferentes enfermedades autoinmunes, como es el caso del lupus”, celebra Johana Ojeda.
La experta informa que los pacientes con lupus tienen un menor porcentaje de las llamadas células dendríticas tolerogénicas (CDc1+) reguladoras de la sangre, en comparación con aquellos que están sanos. Entonces, cuando los científicos chinos agregaron células mesenquimales del cordón umbilical aumentaron las células dendríticas y el índice de síntomas de lupus disminuyó.
“Este tipo de células del cordón umbilical también las tenemos en nuestra médula ósea o en la punta de los dientes. Su función es dar apoyo a los tejidos mesenquimatosos como músculos y huesos para regular la actividad del sistema inmune y permitir que haya procesos de regeneración en nuestro cuerpo para que no esté todo el tiempo sobreactivado”, detalla.
En esta investigación aun falta determinar cuánto tiempo va a durar el efecto después de que se hace una infusión de células mesenquimales o si es un procedimiento que va a revertir o detener la enfermedad.
La investigación de células madre en México
Johana Ojeda estudió Ingeniería Biomédica en la Universidad de Monterrey (UdeM). Lamenta que en México existen productos y lugares que ofrecen tratamientos con supuestas células madre que no tienen aprobación científica o ni siquiera son reales.
“Pocas veces se habla de la investigación y vamos y pagamos por tratamientos que nos pueden hacer daño o que nada más nos están quitando nuestro dinero. Esa es la razón por la que surge esta asociación, nuestro fin es tratar de informar”, añade sobre Vida y Células Madre.
La organización cuenta con bancos privados de células del cordón umbilical, a partir de las cuales hay diversas líneas de estudio. Pero, ¿cuál es la diferencia entre los avances científicos de México y China? Ojeda dice que existen tres niveles de investigación: básica, preclínica y clínica.
“En el país es un poco complicado el tipo de investigación que se hace con estas células. No vamos a decir que no existe, pero es básica, es decir, lo que se hace en el laboratorio: cultivar células y ver cómo reaccionan a diversas sustancias, pero no hay un paciente involucrado para recibir el tratamiento”, aclara.
Para probar los beneficios de la investigación básica viene la etapa preclínica. “Es en animales, según el órgano que estás trabajando. Como investigador tienes que comprobar que tu teoría genera un cambio en un modelo animal”, asegura.
Los ensayos clínicos se realizan con seres humanos.
“Deben tener un consentimiento informado. Una vez que pruebas que es seguro, entonces puedes probar que sea reproducible y conseguir una muestra de pacientes para evaluar estadísticamente que los cambios sean significativamente importantes. También que no existan complicaciones o efectos a largo plazo”, advierte.
Los países latinoamericanos no tienen la posibilidad económica de realizar investigación preclínica y clínica como Estados Unidos y China.