Tomar el arma, atar la soga, preparar la navaja como último recurso, cuando el mundo se vuelve insuficiente, cuando se acaba la felicidad, cuando termina de verse la luz al final de la senda de la vida.
El suicidio es actualmente el segundo causal de muerte en personas de 15 a 29 años en el mundo, además de que más de 800 mil individuos deciden despojarse de su vida, haciendo un equivalente de que cada 40 segundos una muerte ocurre por este motivo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La semana pasada la diseñadora Kate Spade y el chef Anthony Bourdain fueron perpetuadores de su propia vida. ¿El motivo? Sólo uno: depresión.
Más personas del entretenimiento en recientes años han decidido partir sin decir adiós, ya sea por problemas de salud, como ansiedad, aislamiento o paranoia.
Esta tragedia que aqueja a miles en el mundo puede prevenirse, el problema es saber acercarse a la ayuda indicada, tomar conciencia de la constante fuga de la realidad, encontrar los canales necesarios para entender que de un suicidio nunca hay marcha atrás
Los que se adelantaron
Anthony Bourdain: adiós a la aventura
Carismático, alegre y viajero, el chef celebridad que conocía todos los rincones del mundo culi- nario, aparentemente, terminó por ahorcarse en su cuarto de hotel en Francia, las respuestas en redes sociales no se hicieron esperar.
En un capítulo del 2016 de la serie producida por CNN, Parts Unknown, Bourdain visitó Argentina, país donde según el presentador hay más psicoanalistas per cápita en el mundo, por lo que decidió ir a visitar a una mujer que practicaba la rama psicológica institucionalizada por Sigmund Freud.
Bourdain dejó un claro desliz de soledad e incomprensión en esa sesión, donde comentó a cuadro “Me comunico para vivir, pero soy terrible para comunicarme con las personas que me importan. Estoy bien con mi hija. Una niña de ocho años está a mi nivel de habilidades de comunicación, así que eso funciona. Pero más allá, soy realmente terrible”.
Kate Spade: se acaban los trazos
Reconocida por su labor en el mundo de la alta costura internacional, aunque también pasó primero por los círculos editoriales al empezar trabajando en la extinta revista Mademoiselle durante cinco años.
Fue hasta 1993 que lanzó su propia marca que la colocó internacionalmente como diseñadora de modas, Kate Spade New York, la cual fue de su posesión hasta que la vendió por completo en 2006.
La mujer originaria de Kansas, Missouri, fue encontrada sin vida en su departamento de Manhattan, decidiendo ahorcarse, tanto su esposo David Spade como su hermana Reta Saffo confirmaron que ella sufría de ansiedad y depresión desde hace años, considerando el suicidio desde que se dio a conocer que Robin Williams había aplicado el mismo método que ella usó para acabar su existencia.
Chris Cornell y Chester Bennington: voces en silencio
La industria musical del rock no ha sido la misma desde el año pasado tras la partida de dos grandes vocalistas que se sumaron a las filas de los disidentes del plano terrenal.
El líder de Soundgarden, Chris Cornell era conocido por lidiar con la depresión desde el inicio de su carrera, la cual se sumía en el consumo de drogas prescritas y el alcohol, llegando a asumir su responsabilidad cuando en el 2002 acudió a rehabilitación y logró sobriedad tres años después.
Pero este abismo no se detuvo para él y siguió en una espiral de dolor secreto, el cual finalizó el 18 de mayo del 2017, cuando fue encontrado sin vida con una banda de ejercicio en su cuello.
El 20 de julio del mismo año, día que Cornell hubiese cumplido 53 años, su amigo cercano del universo melódico Chester Bennington también cometió suicidio de manera casi idéntica que el vocalista de Soundgarden.
Bennington, que fuera vocalista de Linkin Park, rindió tributo a Cornell en su funeral al cantar el tema “Hallelujah” de Leonard Cohen y cuando en el programa nocturno de Jimmy Kimmel la agrupación de un metal dedicó el tema “One More Light” a la memoria del también guitarrista, Bennington no pudo contener la emoción y dejó la melodía sin acabar.
Robin Williams: mente incomprendida
Sus presentaciones en vivo desternillaban a los asistentes hasta las lágrimas, su cerebro iba tres pasos adelante de lo que pensaba la gente, sus bromas se conectaban una tras otra sin fin.
Lidió con adicción a la cocaína desde que empezó en la comedia y con la muerte de su amigo John Belushi por una sobredosis se dio a conocer que él estaba deprimido por su partida.
En varias ocasiones Robin Williams se internó a si mismo por abuso del alcohol, el cual había dejado después del episodio de Belushi, pero todo empeoró hacia el final de su vida.
Sufría de paranoia, insomnio, alucinaciones y cuando se le diagnosticó que estaba en una fase temprana de parkinson, su depresión aumentó. Williams se ahorcó en su casa el 11 de agosto del 2014, fue hasta que se le hizo una autopsia que se determinó que en realidad tenía demencia con cuerpos de Lewy.
Mitos y realidades:
M: La persona que habla de suicidarse no lo hace, sólo quiere llamar la atención
R: Cuando alguien habla sobre suicidarse hay que tomarlo muy en serio
M: La persona suicida tiene que sobreponerse, “echarle ganas”, y seguir adelante
R: El sufrimiento emocional que tiene el suicida no es voluntario, no es suficiente tener fuerza de voluntad para superarlo. Requiere atención de un profesional
M: Todos los suicidas son desequilibrados mentales
R: Algunos suicidas tienen un trastorno mental, como la depresión, pero sus capacidades mentales están íntegras, por lo que su enfermedad es tratable