En el contexto que se vive, habrá quienes quieran cuestionar lo escrito por Carlos Fuentes, porque consideran que sus letras cosificaban a la mujer o era misógino con sus personajes; ante esto, los expertos lo defienden.
“Yo sugeriría que leyeran como preámbulo la entrevista que le hizo James R. Fortson a Carlos Fuentes y que está en el segundo tomo de Cara a Cara, publicado por Editorial Grijalbo, apareció la entrevista sola, como un obsequio de la revista Él, que le pagó a Fuentes mil dólares para dejarse entrevistar por varios días. Uno de ellos se lo dedicó completo a hablar de la mujer. Fuentes retrata, no cosifica y les tiene un respeto brutal. La mujer crece, mientras que el hombre envejece”, dice el novelista Eduardo Mejía.
El escritor Martín Solares se suma explicando que él ha visto en las bibliotecas de autores, tanto nacionales como de otras partes del mundo, siempre al menos un ejemplar de Fuentes en sus estantes, lo que comprueba que su literatura y legado son universales, y que esto está lejos de que se le critique para mal.
“Durante décadas se hablaba de Fuentes con subordinación y temor, pero no estaría mal hablar del placer que provocan sus libros: la divertidísima locura que representa Cristóbal Nonato, el viaje a la aventura que nos ofrece La muerte de Artemio Cruz y la concentración de belleza que puede disfrutarse en Agua quemada o Zona sagrada. A Fuentes hay que leerlo sin prestar atención a los prejuicios o a los vaivenes de las modas”, escribe el autor.
También sin miramientos ni dudas, la investigadora francesa Florence Olivier invita a que se lea el final de Terra nostra, donde un acto de amor carnal es el que funde a dos seres en uno solo, volviéndolo andrógino, la memoria amorosa y el soñador se unen en un solo cuerpo, describe la profesora francesa.
“La política de la cancelación es absolutamente puritana, ¡es totalitaria! Realmente es una cortedad de vista, yo veo que toda la obra de Carlos Fuentes, que es humanista, va en contra de todo esto, siempre a favor de la política de la conciliación de los contrarios”, indica la maestra de literatura comparada.
Por último, Mayra González Olvera, directora literaria de Alfaguara, invita a que haya un diálogo, una discusión amplia, sin que exista esta prohibición de por medio, que se observe su valor literario, estético y cultural.
“En este caso específico de Carlos Fuentes, yo no coincido, he llegado a escuchar comentarios, pero no creo que sean narrativas machistas, me parece que son historias en donde los personajes tienen una complejidad profunda, mujeres y hombres. Me parece que hay mujeres que maltratan en el mejor de los sentidos, literariamente, que hacen pasar muy mal a los personajes masculinos de Fuentes, y lo digo lúdicamente, me parece que esa complejidad es parte de la riqueza de su obra”, aboga la representante de Alfaguara.